Hace poco, un investigador de fenómenos paranormales de esos del canal DMAX descubrió una cabaña rara y maltrecha en medio de un bosque canadiense y se emperró en demostrar que era una construcción del Sasquatch, el monstruo también conocido por Pies Grandes. Se trata de una construcción burda y fea, cuatro palos y unas ramitas. Deberán perdonarme por comparar al señor Junqueras con el Sasquatch mediante esa hipérbole, pero es que no lo puedo evitar. Y se que no está bien meterse con las apariencias de las personas, les prometo que lo se y que no es correcto criticarlas por su aspecto. Pero hay excepciones. La del señor Junqueras es una excepción y por eso les pido su benevolencia. Hay veces en las que uno se acuerda de viejas teorías góticas, como las que cuenta mi admirado Jurgis Baltrusaitis en su ensayo, en donde nos cuenta que se atribuían características de personalidad a cada rostro, en función de si recordaba a un cabestro, a un cerdo o a un oso. En las últimas semanas se ha ha...
Este es el diario de un catalán no nacionalista, lo que podríamos llamar, siguiendo a Habermas, un patriota constitucional, partidario de la igualdad en la diferencia.