La marca Fanta de refrescos ha lanzado un producto de marketing en el que se presenta una nueva bebida de la que no se revela cual es su sabor: cada uno debe adivinarlo. Esta estrategia, que puede resultar divertida cuando hablamos de un refresco, resulta inquietante cuando la usa un político que está ejerciendo el poder. ¿En qué piensa? ¿Cuál es su ideología? ¿Es progresista, liberal o neoliberal? ¿Se puede ser nada y todo a la vez? Por lo que respecta a la cuestión catalana ¿el señor Ballart es independentista o constitucionalista? Eso quizás puede parecer algo menor, pero no lo es, ya que algunos tenemos en cuenta esas posiciones políticas, que suelen ser reveladoras de ciertos talantes. Por lo que me cuentan, el señor Ballart es independentista en el perímetro del centro de la ciudad y constitucionalista en la periferia. Una opción inteligente, pero tan hábil como tramposa. Tan meliflua es su voz como su pensamiento. El señor Ballart es, de algún modo, el sabor incógnita de Fanta ...
Este es el diario de un catalán no nacionalista, lo que podríamos llamar, siguiendo a Habermas, un patriota constitucional, partidario de la igualdad en la diferencia.