Ir al contenido principal

Fanta sabor a Ballart




La marca Fanta de refrescos ha lanzado un producto de marketing en el que se presenta una nueva bebida de la que no se revela cual es su sabor: cada uno debe adivinarlo. Esta estrategia, que puede resultar divertida cuando hablamos de un refresco, resulta inquietante cuando la usa un político que está ejerciendo el poder.

¿En qué piensa? ¿Cuál es su ideología? ¿Es progresista, liberal o neoliberal? ¿Se puede ser nada y todo a la vez? Por lo que respecta a la cuestión catalana ¿el señor Ballart es independentista o constitucionalista? Eso quizás puede parecer algo menor, pero no lo es, ya que algunos tenemos en cuenta esas posiciones políticas, que suelen ser reveladoras de ciertos talantes. Por lo que me cuentan, el señor Ballart es independentista en el perímetro del centro de la ciudad y constitucionalista en la periferia. Una opción inteligente, pero tan hábil como tramposa. Tan meliflua es su voz como su pensamiento.

El señor Ballart es, de algún modo, el sabor incógnita de Fanta aplicado a la gestión política. No estamos hablando del alcalde de un pueblecito: estamos hablando del alcalde de la tercera ciudad catalana. Del cual no sabemos cual es su posición. En una ocasión, y en campaña, el señor que ahora es acalde se definió como terrasista y así zanjó la cuestión. La respuesta, pueril y evasiva, es equivalente a proclamarse ser humano.

Ballart rehúye la política y parece emular el consejo del viejo general: hágame caso, no se meta en política.

Hay algo, en esos nuevos partidos y esos nuevos líderes, que huele a antipolítica deliberada, y en esta opción se contiene un evidente desprecio hacia la política y los políticos. Se proyecta, por lo tanto, un cierto aire de pragmatismo y de eficacia que, se supone, debe estar más allá de las minucias ideológicas. Se presenta a la ideología como una molestia. Una molestia ¿para poder hacer qué cosas? Aquí hay algo muy inquietante: se está a favor de lo social o de lo privado, de lo de todos o de lo de algunos, de las tradiciones o de la modernidad. No se puede estar a favor de todo a la vez. Y preocuparse solo de la imagen pública de uno, en un achaque de narcisismo tan bochornoso como el que nos ocupa.

Sin embargo... la gestión del alcalde parece errática, difusa, organizada en la improvisación (valga la licencia) y pendiente, sin cesar, de lo que se dice de él en las redes sociales, ya sea verdad o simple falsedad pergeñada en el despacho de un asesor de imagen con propósitos espurios. Este es otro indicador indicutible de esos nuevos políticos que haremos bien en llamar populistas, ya que no se me ocurre otro término. Solo hay que ver las promesas de cubrir las rieras o de hacer públicos los comedores escolares: populismo estricto. le dijeron a alguien: vóteme usted y cubriré las rieras. O bien vóteme usted y socializaré los comedores escolares. Un par de años más tarde, donde dije digo digo Diego, pero usted ya le ha votado.

Hasta hace poco, el término populista aplicado a los políticos nos parecía algo lejano, de otros lares. Fue Donald Trump quién nos asustó con el potencial del populismo y, en Cataluña, también nos advirtieron de ello muchos de los políticos secesionistas, que no dudaron en engañar al electorado con ilusiones, eslóganes vacíos y promesas de humo. Cada ocurrencia, un tuit. El último tuit ocurrente del señor Ballart es peatonalizar avenidas de la ciudad sin aportar ningún tipo de datos, ninguna ciencia, ningún estudio. Solo ocurrencias.

Uno le diría al señor Ballart que, si le interesa tanto su valoración personal en las redes, puede probar suerte como influencer en Youtube, ámbito en el que sin duda le iría bien.

Si uno se fija en las cosas que importan, descubre que la revolución «ecolila» o "verdelila" o como se llame su campaña publicitaria se limita a unas pancartas que vaya usted a saber lo que nos han costado. Como solo Dios sabe lo que nos cuestan los asesores que se han sumado a la nómina de la alcaldía y que pagamos sin rechistar.

Se diluye poco a poco la pandemia y no se ven acciones concretas para la recuperación. Y voy a contarles algo que a algunos les dolerá: es evidente que nuestra ciudad gemela, Sabadell, nos ha adelantado de largo en esos asuntos, y con menos propaganda de colorines.




Comentarios

Entradas populares de este blog

La Rosalia, en Salvador i l'Escolania de Montserrat

Les campanyes publicitàries de la Rosalia estan a l'altura d'una estrella global de la música i la seva obra té unes dimensions mai vistes a la tribu catalana, que s'esvera amb facilitat quan li toquen un bemol. I més encara quan és un bemol sostingut. Una catalana d'un poblet amb nom de sant ha remogut les ànimes més estrictament catalanes, que s'agiten en el seu fèretre romàntic i estret quan senten els acords blasfems que sonen a "Lux". El nacionalisme és aquesta malaltia que aconsegueix fer desgraciats els catalans que la pateixen. El nostre mal no vol soroll, diuen, i ara el mal sona per tot el planeta. Sacrilegi! criden els malalts! Sacrilegi! Si heu seguit la darrera obra del geni musical nascut a Sant Esteve Sesrovires, haureu vist que en una de les peces hi ha participat el Cor de l'Escolania de Montserrat. Aquest fet no ha agradat gens a les ànimes patriòtiques (perennement enutjades i a les quals no sols agradar-los mai res), i ho han viscut...

QUE DIFÍCIL ÉS FER L'AMOR EN CATALÀ!

Vilaweb, aquest mitjà alegre i combatiu, ho acaba de publicar . Un jutjat de Barcelona ha condemnat a dos anys de presó i a pagar una indemnització de 9.000 euros l'autor d'unes piulades contra la família de Canet de Mar que demanava el 25% de les classes en castellà. A la redactora de Vilaweb (que publica en negreta els noms de les magistrades que signen la sentència perquè tothom sàpiga qui son) li sembla espantós, inèdit i escandalós que es castigui algú que defensa el català i se'l condemni per delicte d'odi. Diu la redactora que el delicte d'odi només és aplicable quan l'odi es projecta contra els col·lectius vulnerables i ella considera que els castellanoparlants de Catalunya no ho son.  Al mateix article, però -i per sort!- es publiquen les frases que el delinqüent va escriure. Jo les copio i així cadascú valora el cas. “Volem saber el nom i l’adreça on viu la família. Han de viure un infern mediàtic”, “és el poble, el que ha de fer la vida impossible a l...

EL GIRO CRISTIANO

Las personas que tienen certezas me producen una gran desazón. Tras todos estos años, a mi ya no me queda ninguna. Todo me parece complejo e inentiligible o, por lo menos, dudoso. Es imposible estar seguro de algo. Puedo afirmar muy pocas cosas: que El Víbora fue un gran cómic o que David Bowie compuso grandes canciones. Y quizás poco más. En el caso de Bowie, a quien he admirado mucho, descubrí que la canción "Wild is the wind", una de mis preferidas, era una versión de una canción homónima de Nina Simone. Y más tarde supe que Nina Simone había versionado a un cantante mediocre, un tal Johnny Mathis que la cantó en 1957 para la banda sonora de un western sin pena ni gloria. No se salva ni Bowie. Uno no puede estar seguro de nada y ese instante crea una gran desesperanza. La crisis de las grandes ideologías de los siglos XIX y XX nos ha dejado en manos de un capitalismo deshumanizado y salvaje por no decir brutal que, por fin, también se acerca a su colapso. Ya nadie se cree ...