Un prado de hierba verde: visto a cierta distancia es un lugar ameno, y uno se imagina casi flotando encima de él, tumbado en el verdor fresco como un colchón natural en donde dormiremos una siesta memorable. Luego, cuando te dispones a tumbarte y lo ves más de cerca, aparecen algunos pinchos hirientes, bichitos corriendo arriba y abajo, una boñiga seca. Así parece comportarse la realidad siempre y en todas partes, y cuando uno la observa a través del microscopio no ve mucha belleza en las bacterias y los parásitos que se alojan en nuestro interior. Júpiter es bellísimo, pero nadie querría poner sus pies en ese planeta de colorines. La realidad no es bella y el secreto está en el pacto con ella. Las organizaciones no escapan a este patrón: exhiben sus bellos ideales a lo lejos, con buenas y bonitas palabras, con eslóganes rimbombantes y principios a los que nadie puede resistirse: igualdad, o libertad. Esos son los dos polos. Luego está el trato que se le da a lo común, a lo público. V...
Este es el diario de un catalán no nacionalista, lo que podríamos llamar, siguiendo a Habermas, un patriota constitucional, partidario de la igualdad en la diferencia.