Lo dijo el portavoz del PNV en el debate de investidura: "si debemos escoger entre Feijóo y amnistía, escogemos amnistía". Es decir: entre tragarse una rana o tragarse un sapo, prefiero tragarme una rana. Y ya tiene narices que un partido tan de derechas como el PNV no quiera a Feijóo, pero es que la amnistía también la han pedido las derechas. Es normal, en realidad, que el PNV prefiera a un Sánchez deudor de las derechas nacionalistas periféricas antes que a un Feijóo cual mosca atrapada en la telaraña retrógrada que propone Vox. Pero la paradoja es fenomenal: ¿acaso lo que piden los nacionalistas catalanes no es, también, una caída en las tinieblas del pasado? El nacionalismo catalán no superó el siglo XIX, y están diciendo lo mismo que decía Valentí Almirall en 1886. Cuando lo decía Almirall estaba de moda pero ya sonaba a pretérito, a romanticismo tardío, a predemocrático. Era la época del renacimiento nacionalista en Europa, que todo el mundo sabe adónde llevó. Amnistía...
Este es el diario de un catalán no nacionalista, lo que podríamos llamar, siguiendo a Habermas, un patriota constitucional, partidario de la igualdad en la diferencia.