Mientras el Partido Popular se atraganta con eso del aborto, Trump le concede una prórroga al colonialismo en Palestina y se acerca el extraño cometa 3I Atlas, el BBVA sigue intentando comerse al Banco de Sabadell. Las trifulcas y los sinsabores de la banca me interesan menos que el fútbol, que ya es decir, pero lo cierto es que las campañas de ambos bancos promueven muchas risas. Ambos se empeñan en mostrarnos sus buenas obras y maneras, las ventajas de estar a su lado y lo bonito que es tener acciones en las empresas del asunto financiero. La usura se presenta como un bello cuerpo bondadoso y deseable. Definitivamente: nuestra sociedad perdió cualquier atisbo de valores cristianos por más que alguien afirme que Europa se construyó sobre los restos del cristianismo.
Eso del banco grande que pretende comerse al pequeño me entusiasma: aflora un sinfín de eslóganes etéreos o incluso metafísicos para convencer a los accionistas, y por otra parte, el cantautor Albert Pla, que nació en Sabadell, responde a la pregunta de ¿a favor de qué banco está usted? con una respuesta tan esperable por quienes sabemos de sus ideas como inesperada por la prensa catalana nacionalista. Dijo Albert Pla: yo prefiero que el BBVA engulla al Banco de Sabadell porqué así tendremos un solo banco, y es más fácil quemar un banco que quemar dos bancos.
El banco de Sabadell lanzó un mensaje al principio de la OPA. Era escueto y casi críptico: "Tienes el poder de poder decidir". No se trata de los superpoderes de los superhéroes y de nuevo amanece el "derecho a decidir" que tanto furor promovió en el inicio del lamentable proceso indepe catalán. La verdad es que el Banco de Sabadell optó por largarse de Cataluña en cuanto la colla pessigolla de Puigdemont y Junqueras plantearon la secesión y se estableció en Alicante, provincia a cargo del PP y mucho más segura. Sin embargo, ahora respescan una idea independentista como ese derecho a decidir.
La campaña del BBVA, por su parte, se limita a tocar el nervio codicioso: usted sacará muchas más pasta si mete sus acciones en nuestro buque pirata, que es más grande y dispone de más cañones. Aunque también veo mensajes en catalán, para tocar la emocion patriótica y sensiblera. No sería mala idea que el Banco de Bilbao soltara algo así como que Wifredo el Velloso hubiera puesto sus dineros (obtenidos mediante el diezmo y la extorsión al pueblo) en su banco, y le sugiero que contraten a Sílvia Orriols para que ponga su efígie en una campaña que diga algo así como que los catalanes pura sangre prefieren poner sus monises en un banco de nombre euskaldún que en uno cuya sede sigue siendo Alicante, ya que Alicante es medio española y ya no se nota que allí llegara el buen Jaime Primero con su pandilla de almogávares. Estoy seguro de que a los dirigentes de la banca la Orriols les cae bien.
Vivimos en un mundo en el que cada vez cuesta más saber quién manda de veras: ¿los gobiernos o las grandes corporaciones? El presupuesto de Tesla, de Amazon o de Google supera en muchos ceros a los presupuestos de varios países juntos de modo que las fantasías negras de Philip K. Dick son menos fantasías que diez años atrás y, algún día de esos, veremos que el PP o el PSOE llevan un logotipo añadido bajo su nombre, una empresa que los ampara y los inspira que podría ser alguna de las anteriores o La Caixa o el BBVA, o Acciona o Moventis o cualquiera de esas multinacionales de nombre vagamente culto y elegante. O la Tyrell Corporation.
Mientrastanto, nosotros el pueblo seguiremos entretenidos viendo los debates en el Congreso, a Ábalos y a Koldo, a la Ayuso, a Lamine Yamal y al cometa 3i Atlas.
https://youtu.be/Y80lABEq5vs?si=cSWFsaDrP-HMMKKN
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