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Mostrando entradas de mayo, 2024

NIÑOS REPELENTES Y SEÑORITOS DE MIERDA

Ustedes se habrán encontrado alguna vez con un niño de esos al que solemos calificar de "niño mimado", ese niño repelente acostumbrado a que se le concedan todos sus caprichos. No falta un niño de esos en cada clase. Esa clase de niños exigen en vez de pedir, son incapaces de negociar y no soportan la negativa: ante un no, arrancan a llorar con un llanto irritante, más falso que un euro de madera. Cada vez que contemplo al señor Comín le imagino de niño, en pleno berrinche, exigiendo sin clemencia que le compren su chuchería predilecta. No lo puedo evitar. En estas elecciones le han puesto en los carteles con una sonrisa y mirando a lo lejos, hacia un horizonte que le divierte pero no se sabe cual es. Un sol de tarde le ilumina. Debe ser el sol a la salida del cole, cuando pide su chuchería.  Antoni Comín es un personaje de esos en el que no pensaría jamás, pero me han puesto su efigie en cada esquina y no puedo evitarle. Fíjense en que la imagen de Comín se presenta en dos m

TRAS LA AMNISTÍA, VICTORIA Y RATAFÍA

Dice un político independentista que, con la aprobación parlamentaria de la ley de amnistía, Cataluña ha obtenido una victoria. Siempre me ha fascinado esa identificación de una persona con un territorio, que Jordi Pujol practicó hasta el tedio. Cataluña soy yo: si yo estoy contento, Cataluña está contenta.  Me resulta muy difícil discernir cual es la definición de Cataluña: ¿un pueblo? (¿un solo pueblo?). ¿Un territorio habitado por una ciudadanía de 8 millones? ¿Solo la tierra bajo los pies? ¿La ciudadanía que habla en catalán? Esta tarde, a la salida del trabajo, no he visto ninguna muestra especial de alegría por la calle. Tampoco los campos, que diviso en algún instante del trayecto, me han parecido más felices y, mucho menos, victoriosos. Los montes, al fondo, serios como siempre, con su indiferencia habitual, ese gris azulado de la indiferencia cósmica. Luego... ¿dónde está la Cataluña victoriosa? Vi risas y abrazos en la TV, en la cámara de los diputados. Vi las caras fatigadas

EL GENOCIDIO CATALÁN

En algún lugar de Cataluña hay un libro, "La construcció de l'enemic interior". Se debe a un señor que se trata a sí mismo de intelectual y se llama Antoni Simon Tarrés (así, sin acento en Simon pero con acento en Tarrés). No le conocía de nada. El señor Simon afirma que la relación de España con Cataluña puede considerarse genocidio . Lo dice en estos días, en los que por la tele podemos ver los bombardeos sobre campos de refugiados en Gaza, sobre los que se discute si pueden ser actos genocidas o solo actos de guerra. Lo único que me queda claro es que el "procés" catalán solo deja una evidencia palpable: el coste que tuvo sobre la masa forestal que se taló para imprimir tanto libro. No hay político indepe que se precie que no haya publicado su libro. Puigdemont publicó dos: "Me explico" y "La lluita a l'exili". Uno de 700 páginas y el otro de 300. Casi mil páginas destinadas al olvido profundo, árboles y más árboles sentenciados en nom

VILAWEB, RETORNO AL PASADO

No puede volver lo que nunca se fue. Pero sin haberse ido jamás, sí se puede regresar a lo más profundo de la cueva, al origen del delirio más oscuro. Vilaweb es un medio digital integrista de la cosa independentista y su director, un valenciano iluminado por el fuego, pone todo el artefacto a disposición de la fantasía que le mantiene vivo. En una editorial reciente, se afirma que la relación de España con Cataluña puede considerarse genocidio . ¿Qué debe ser lo que le ocurrió al pueblo judío en el siglo XX, o al palestino en el XXI? -me pregunto. En tiempos de fake news, Vilaweb sirve como ejemplo y paradigma de un periodismo dimitido, que es orgullosamente opinión desmedida, agitación virulenta. Un trastorno grave en la profesión. Tras el 1 de octubre de 2017, Vilaweb pasó varios meses afirmando que la declaración de independencia era efectiva, que Cataluña ya era una república independiente y que, en caso de no verlo así, era por un defecto grave en el ojo del observador, incapaz d

LA ETERNA PUERILIDAD DE LA CUP

Vive en casa de sus padres, valorada en más de medio millón de euros, en Sant Cugat. Aunque sus padres no la compraron: la heredaron del abuelo, un joyero barcelonés que compró la casita para el verano. En aquella época, un ingeniero llamado Pearson diseñó el único ferrocarril catalán. He ahí el origen de los Ferrocarriles de la Generalitat, pensados para facilitar el acceso a sus casitas de Collserola a los ricos de Barcelona. Ahora se ha apuntado a la CUP. Sus padres aplauden la iniciativa: ellos son partidarios del veganismo, del feminismo bien entendido y de comprar el tofu en Veritas. Se compraron un Mercedes Benz eléctrico por respeto al planeta. Así pues, la postura ideológica del vástago parece una prolongación lógica del pensamiento de los progenitores, que -sobra decirlo- son muy independentistas. La bandera estrellada ondea en el tejado del chalé y, en la fachada, todavía subsiste una pancarta que dice algo sobre la opresión. De algún modo, se sienten oprimidos y creen que d

NIÑOS SOÑANDO CON MARCAS CARAS

Aunque me vean en la fotografía ataviado con una kandora, nunca fui musulmán. Apenas ligeramente cristiano. Nunca me han interesado mucho las religiones, más allá del gusto por la simbología, esas iconografías densas o delicadas, a veces atroces en el relato del martirologio, la atracción por la muerte o su facilidad por pintar mundo invertidos e imposibles (los últimos serán los primeros). Me atrajeron los iconos rusos, los capiteles románicos, la poesía mística y trasnochada. Me horroriza el pan de oro en las esculturas y el sadismo gratuito e incomprensible de Yahvé, el dios que se se comporta como un niño iracundo y malcriado. De Jesús me gusta todo menos su pretensión de divinidad, solo en lo humano le comprendo, aunque comprendo mejor al budismo y a los valores del estoicismo y a Epicuro. Después de leer "El Anticristo" de Nietszche o el diáfano "Porque no soy cristiano" de Russell, se me borró cualquier atisbo de creencia. Aún sigo, sigo creyendo en que no se

TAREK Y UN INSTITUTO EN LAS AFUERAS

Tarek nació en España, en una ciudad de la provincia de Barcelona. Sus progenitores son de Marruecos y emigraron para dar un futuro mejor a sus hijos: el padre era pastor, albañil y analfabeto, y también hacía recados con su furgoneta. La madre, ama de casa, analfabeta. Una vez en España, la familia encontró un piso compartido con otras dos familias en un barrio periférico de pequeños bloques construido para alojar a las familias que una antigua riada dejó sin casa. El padre encontró trabajos esporádicos en la construcción y el transporte. La madre limpia pisos por toda la ciudad y sus aledaños, todo en dinero negro. El padre decidió que estarían en este barrio hasta que las cosas mejoren. Pero las cosas no mejoraron, y las opciones e salir del barrio se empequeñecen. Ya no cree que jamás pueda salir de aquí. Quizás Tarek lo consiga, si sale adelante con los estudios. Tarek cursó la educación primaria con dificultades por el idioma, en la escuela del barrio. La mayoría del alumnado es

PUIGDEMONG PEZIDÉN

Que el "procés" ha muerto es una evidencia y no es opinable. Quienes nos enfrentamos al secesionismo durante los años lúgubres sabíamos que todo terminaría en las urnas, cuando la ciudadanía dejara de darles la mayoría absoluta a los partidos del nacionalismo identitario. Solo podía ser de ésta manera, con su derrota electoral: no iban a poder ni los jueces ni la policía. Y eso es lo que ha sucedido, por fin. Hemos tenido que esperar muchos años pero ya ha sucedido. Aunque todavía no sea el momento de festejarlo a lo grande, les confieso que yo ha he brindado por la derrota del independentismo, que ha perdido más de un millón de votos respecto de 2021.  De modo que el señor Feijóo miente cuando dice que el "procés" está muy vivo. No miente por ignorancia (aunque la ignorancia no le es ajena). Feijóo miente por interés: es al PP a quien le conviene mantener al procés en estado zombi para dar miedo. Las estrategia de la derecha suelen ser siempre las mismas: crear mie

EL CULPABLE DE TODO

Saikou, nueve años. Alumno de tercero de primaria. Pequeño, listo, puro nervio, alegre. Ojos grandes, siempre muy abiertos, como si quisiera meter todo el mundo en su retina con una sola mirada, un travelling vertiginoso. Niño nacido en Senegal que lleva seis viviendo en una ciudad del cinturón de Barcelona. En la entrevista inicial pregunto algunos datos. ¿El trabajo del padre? Trabaja en el metal, me dice la madre, pequeñita y escuálida, ojos tristes y cansados, bajando la mirada. Poco más tarde comprendo que "trabajar en el metal" significa que el hombre, con un carrito de supermercado, va por la calle durante doce horas al día recogiendo metales abandonados por las esquinas y en los contenedores. Luego se los vende a un intermediario, tipo enjuto que dispone de una gran nave y una báscula en las afueras, que luego revende a vete a saber quién. El intermediario es catalán como yo. Eso es trabajar en el metal, uno de los destinos que les esperan a los hombres que arriesgaro

Eric Xun Li, visto lo visto

Eric X. Li es un tipo interesante al que hay que escuchar. Es probable que muchos vean en él al demonio de los negocios chinos, ese raro espécimen chino que es el capitalista comunista. O el comunista capitalista. En una conferencia de hace diez años que pueden ver con facilidad , perfectamente subtitulada, Li expone el modelo chino de política y economía y lo cuenta des de los valores culturales chinos que a nosotros nos pueden parecer incomprensibles. Quizás haya datos de bienestar sobredimensionados, y quizás rehúye la pregunta sobre protestas que se dan allí, como en todas las partes del mundo. Pero hay algo que me ha impresionado, y es el durísimo ascenso de los líderes en la jerarquía del Partido. Eric Li habla de una férrea meritocracia, de políticos de carrera que tardan 20 y 30 años en ascender hasta la cúpula. Incluso se permite algún chascarrillo sobre la corrupción: si la solución a la corrupción es el sistema democrático occidental, entonces ¿cómo es que hat tanta corrupci

LA CUESTIÓN CATALANA EN 2024

Los estudiantes de la Universidad de Columbia montan un campamento, una huelga y una protesta contra el apoyo de su gobierno a la guerra de Israel. Creen que otro mundo es posible, a saber: un mundo mejor, más justo, más pacífico, más equitativo, más solidario. Ignoran que no están protestando contra un sistema ajeno y lejano. Deberían saber que de entre ellos mismos saldrán personas seducidas por el egoísmo y la codicia, y que eso es lo que perpetua el estado de las cosas o lo que solemos llamar "el sistema". Si el sistema fuesen unos viejos chochos oligarcas sería todo muy sencillo: morirán pronto y enseguida nos libraremos del mal. Pero el sistema somos nosotros, está entre nosotros, se manifiesta entre nosotros. Algunos de esos estudiantes desearán un buen coche, una casa con piscinita y mojitos al atardecer, bellos cuerpos bronceados de dentadura blanca y pelo sedoso. Poco les importará, si lo consiguen, cuantos murieron en otras partes del mundo para proporcionarles sus