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Mostrando entradas de noviembre, 2023

DINAMARCA EN AYUNAS

Nos dijeron: Cataluña es la Dinamarca del sur, y por eso queremos la independencia. El sueño danés era frecuente en los dirigentes de la derecha nacionalista, y con esa promesa reluciente pretendían llevarnos hacia el paraíso helado, en donde los niños son más listos, aprenden mejor y encima todos tocan el piano casi como el pequeño Amadeus. La Dinamarca del sur era una referencia habitual en los años duros del "procés", y muchos lo creyeron, del mismo modo que creyeron que la democracia se inventó en Manresa, que Tartessos está en Tortosa (¡viva la etimología!) y que Franco hizo una guerra contra Cataluña. La lista de hipérboles, alucinaciones y fantasías contribuyeron al delirio colectivo que ahora se descompone en la cuneta, como el asno que retrató Buñuel. Hoy he tenido una aproximación a la Dinamarca del Sur. Como ustedes saben, los comedores escolares son licitados por los ayuntamientos y concedidos a empresas de sectores variopintos. En mi ciudad, la licitación la ha g

LA SOMBRA DE PETER PUIGDEMONT

Tardó poco tiempo, la sombra, en protestar. Hay sombras con tendencia a la rebeldía, como la de Peter Pan. Luego hay sombras como la de Grey, que son de otro calado y para consumo rápido, cash and carry. Se ha escrito tanto de las sombras como de la luz (e incluso de las luces: en el cielo, al final del túnel, etc). Yo mismo me acabo de comprar "El arte de la oscuridad", un bello tratado sobre las sombras en el arte pictórico. La sombra siempre atrae. ¿Qué haríamos sin la oscuridad que nos ilumina? Hay sombras que se resisten a serlo y piden portada cada día, quizás para aparentarse que son corpóreas. He ahí Peter Puigdemont, la sombra iluminada por los flashes. El señor pide ahora una reunión urgente en un país neutral, como por ejemplo Suiza. Amenaza con una moción de censura inminente, justo en el primer día en el que echa a andar el Congreso. Se trata de tener ni una sola portada. Nadie se fía de nada, de nadie: nadie se fía de su sombra, ese sería el resumen del cuento.

HACIA LA INTERNACIONAL CHARNEGA

A Miquel C., el autor de La sombras se equivocaron de dueño Fui judío en Múnich y palestino en Jerusalén, cubano en Suecia, argentino en París.  Y, en Cataluña, charnego. Luego fui ruso en Lituania y ucraniano en Nueva York, kosovar en Roma, chileno en Berlín. Y, en Cataluña, charnego. Prometo que fundaré -y prometo no tardar mucho en fundarla la Internacional Charnega, que no tendrá bandera ni himno ni carné de afiliado ni estatutos. Fui forastero al norte del Misisipi,  coreano del norte en Corea del Sur, senegalés en Casablanca, rumano en Madrid, y, en Cataluña, un puto charnego. El único requisito para formar parte de la Internacional Charnega será haber cometido el mayor delito: haber nacido en un lugar y vivir en otro. Como el albatros errante. Haber nacido en el mundo.

IGUALDAD SÍ, PERO EN LA POBREZA

Escucho a los dirigentes del Partido Popular, preocupados por la desigualdad que se le avecina a España. Y también oigo la reclamación de derechos de la ciudadanía de los dirigentes nacionalistas catalanes -que a menudo confunden derechos con privilegios. Y por eso hablan del "pueblo catalán", entidad mágica a quienes atribuyen voz, deseos y voluntad unánimes. A su modo, ellos también hablan de igualdad: la de una ciudadanía uniformizada en el ensueño identitario. Sin embargo, ni a los unos ni a los otros les interesa mucho la igualdad. Es más: en tanto que ideologías de la derecha conservadora, ambos suspiran, en el silencio de su intimidad, por mantener las diferencias esenciales. Eso es ser conservador: preservar las viejas estructuras, las clases, los espejismos atávicos. Solo así se explica la obsesión por crear diferencias entre nacidos aquí o allá o un poco más allá, por mantener la distinción y el estigma, la señal indeleble: usted no es de aquí, ¿verdad? Ya en los úl

EL DIABLO ES PELUDO Y ARGENTINO

A los apocalípticos y a los catastrofistas cualquier noticia les corrobora su tesis: el mundo se acaba y está cayendo en manos de los demonios. Lo dijo Shakespeare en La Tempestad: el infierno está vacío y todos los demonios están aquí. Si ustedes conocen la obra del genio inglés, sabrán como termina. Solo les anticipo que el final es pacífico, de perdón e indulgencia. Dicen que William era católico. El último demonio detectado es un tal Milei, que se parece más a un pobre diablo trastornado que a un demonio tremebundo. Ya lo iremos viendo, pero esa clase de anarcocapitalistas suelen rebajar mucho sus furias cuando llegan al corazón del sistema y el sistema les engulle. Fíjense en el desdichado Puigdemont, tipo también de pelambrera irredenta, que termina por pactar contra lo que más odiaba, lo que más pretendía destruir. Resulta fácil (y gratuito) juzgar como votan los argentinos sin ser argentino y viéndolo des de la barrera europea, y más barato aún pronosticar la debacle. Este tipo

EL VIVALES

Nunca comprendí bien la historia del señor Puigdemont. Es decir, nunca comprendí bien sus giros, sus palabras, sus gestos. Me lo contaron con detalle una vez, y quien me lo contó le conoce muy bien. Aún así, es difícil. Al principio parece el chico de pueblo, más o menos ambicioso, que se traslada a la capital provincial para prosperar: su familia tiene un pequeño negocio, esa menestralía rural triste, esforzada. Él quiere algo más. Se apunta al partido político más afín a sus ambiciones, donde cree que podrá escalar, el más votado. Hasta aquí podría ser un relato del XIX, quizás de Stendhal. Durante tiempo, los gerundenses noctámbulos ven a un joven solitario, de traje, acodado en la barra. Observa en silencio. Un Julien Sorel pequeño y catalán. En algún momento nuestro personaje conoce a una actriz rumana que está de gira con su compañía de teatro. Cuando la ve en el escenario queda tan impresionado que despliega todas sus estrategias para seducir a la mujer. Eso también podría ser d

LAS ESPAÑAS INVISIBLES

Hoy se debate sobre la esencia de España, sobre lo que es patriótico y lo que no lo es. Yo no entiendo mucho de eso y la patria no creo que pueda definirla, más allá de retóricas y líricas. A veces la patria es un instante perdido, un recuerdo vago, un lugar por el que pasé. Algunas de mis patrias fueron un instituto de barrio obrero, una carretera de noche en Extremadura, un bar abierto en una madrugada gélida, un bocadillo de queso tras horas de hambre. También recuerdo un paisaje de cerezos en flor, un cementerio cubierto de escarcha en un pueblecito del Maestrazgo, la silla de aluminio oxidada en la terraza de un bar abandonado frente al mar. Me doy cuenta: mis patrias son efímeras, fugaces, pequeñitas. Sin banderas. A veces el viento agita una sábanas tendidas, eso es lo más parecido a una bandera. A veces una lágrima resbalando por una mejilla es un país entero, el lugar donde quedarse a vivir. Hoy me narraron una historia sobre una de las Españas invisibles. Un piso de acogida d

GOLPE DE ESTADO

La ley de amnistía para Puigdemont y sus compinches me duele. Me parece un exceso, un despropósito: a cambio de 7 votos se regala un regalo inmerecido. La democracia sufrirá ese exceso, y no solo la democracia en España. Por no hablar del dolor que se infringe a la ciudadanía catalana , que ha sufrido en silencio los años del "procés". Y mucha parte de la cual, como yo mismo, votó al PSC en las últimas elecciones, pensando en que nuestro voto liquidaba el independentismo. Ahora el PSOE incorpora a un partido de la extrema derecha catalana en su lista de socios, con el argumento de haber frenado a la extrema derecha española. Vaya ganancia, vaya argumento. Es posible que no exista la alternativa: o eso o un gobierno nefasto de Feijóo y Abascal, un gobierno formado por un mediocre y un iluminado, un gobierno retrógrado que irá a por los débiles y favorecerá a los poderosos. Pero la alternativa es restaurar a los malhechores del 6 y el 7 de septiembre de 2017, a los facinerosos

Montenegro, Cataluña y Oriol Junqueras

Descubrí, en las noticias de la noche, que el señor Oriol Junqueras se fue a una fiesta nacionalista irlandesa. Habló del derecho de Cataluña a ser un estado independiente y puso como ejemplo el caso de Montenegro. Si non è vero è ben trovato. Ignoro si el señor Junqueras conoce Montenegro: un pequeñísimo país pobre que vive de ayudas internacionales, corrupto y dominado por oligarquías mafiosas. Un país que, como Kosovo y Macedonia del Norte, se independizó tras una guerra terrible, cruel, fratricida. Un país en el que la policía pide unos billetes para cualquier gestión. Todo un ejemplo. La bandera de Montenegro muestra a un águila coronada, bicéfala y rampante, dorada, con un cetro y un león inserto en el corazón. La imagen de un rey tremebundo seduce al líder republicano catalán. ¿Han leído ustedes "Tintín y el cetro de Ottokar"? Imagen pavorosa y medieval, amenazante. Estandarte guerrero para agitar en la batalla y mandar a los súbditos a matarse por su señor. Todo es e

URQUINAONA, FERRAZ: UNA MISMA LUCHA

Lo primero que evocan las imágenes de la manifestación ultraderechista ante la sede del PSOE en Madrid es el recuerdo de las manifestaciones independentistas en la Plaza Urquinaona de Barcelona, tras la sentencia del "procés" en 2019. Es más: resulta difícil encontrar diferencias significativas. El alto nivel de violencia, la edad de los participantes, el deseo del cuerpo a cuerpo con la policía, el discurso antidemocrático, la apelación a la voluntad del pueblo. Y luego están la exigencias de Vox al Ministerio del Interior para que no reprima a una manifestación ilegal y violenta. ¿Se acuerdan de cuando el señor Quim Torra pedía lo mismo a los Mossos d'Escuadra?  Y hay más: la voluntad de los convocantes es poner en jaque al estado, con apelaciones al "golpe de estado", a la ilegitimidad del estado. La quema de contenedores, los movimientos inesperados y de guerrilla callejera, el acoso a los edificios institucionales. El vocabulario matón, la amenaza, la simbo

EL DIVINO TESORO

Uno, que ya empieza a saber más por viejo que por haber estudiado, descubre que algo pasa. A los de mi generación nos llaman "boomers" por lo del boom de natalidad de los 60. Y prefiero eso que lo de "generación tapón": somos la generación que está impidiendo a la juventud su acceso al mundo laboral, porque somos muchos y tenemos copadas las plazas. Sin embargo, pronto dejaremos de ser tapón por ley natural y así mucha gente joven tendrá el gusto de trabajar. Algunos ya se van jubilando. En mi centro de trabajo hubo varias jubilaciones recientes y eso ha permitido la entrada de personas muy jóvenes. El recambio es bueno, es aire nuevo y fresco. Y si bien hay inexperiencia, también hay nuevas ideas, más energía. La naturaleza es sabia y el mundo no se acaba, por más apocalípticos que haya. Pero, como les decía, aquí pasa algo: esa gente joven que se incorpora sabe muchísimo de derechos, y sabe mencionarlos oportunamente. De modo que, cuando se les agota la cita de lo

SÁNCHEZ, APRENDIZ DE BRUJO

Eso es cierto: hay algo de brujería en las maniobras oscuras de Sánchez con los líderes nacionalistas, algo de experimento peligroso. La rana no puede pactar con el escorpión, a no ser que la rana se sienta poseedora de sortilegios de inmunidad. O de resiliencia o de resistencia. Sánchez está pactando (o algo así) con personas más bien mezquinas y, sobre todo, tremendamente egoístas: Puigdemont solo habla de lo suyo, ni tan solo de los suyos. Una caterva de políticos caídos en desgracia y denostados han encontrado su ventana de oportunidad y piden la Luna a cambio de 7 votos. Millones de votantes nos veremos sometidos al aprendiz de brujo, sometido a su vez a unos charlatanes que decidieron jugar con el fuego y salieron trasquilados. Amnistiar a quienes prendieron fuego a coches, calles, árboles y contenedores con la excusa del amor a la patria es, en cierto modo, abrir las puertas del infierno y divulgar que sus gamberradas son excusables, amnistiables. A ver quien cerrará luego las p

LA DECEPCIÓN CATALANA

Vivir en Cataluña significa vivir instalado en la decepción. La decepción es el bajo continuo de Bach pero en plan desagradable, monocorde y aburrido. Irritante a veces, pero más tedioso que otra cosa. Me pregunto para qué sirve defender los valores ilustrados en los foros públicos, esforzarse en escribir una y otra vez en favor de la democracia, contra el pensamiento prepolítico del nacionalismo, contra el identitarismo. La respuesta es, invariablemente: no sirve para nada. Y no sirve para nada porque a mis conciudadanos les encanta ser dirigidos por líderes que son auténticos fantoches fanáticos, provistos de discursos tan grandilocuentes y pomposos como vacíos. Les encantan solo porque les repiten que los catalanes son mejores que los vallisoletanos, que los cordobeses. Y que, por consiguiente, merecen más derechos. A todos los niños les gusta que su abuela les diga que son el niño más guapo y más listo de la clase de Primaria. Y que se merecen un diez, un rato más de recreo que lo