Nací en esta callejuela de la foto. Entonces se llamaba Virgen del Pilar y hoy los nuevos tiempos la llaman Mare de Déu del Pilar. Y este soy yo, mirando los balcones de la fachada, 50 años después de haberme marchado de aquí. Salvo las fachadas, ya no reconozco nada. Un poco más arriba, tocando ya casi a la Calle Alta de Sant Pere (hoy Sant Pere més Alt), hay una librería de segunda mano muy pero que muy recomendable. Aquí estuvo la imprenta Bové. Eso me alegra. La librería mira hacia el pasado con dulzura y le hace un guiño semántico a la antigua imprenta. Compro un libro de Juan Eduardo Cirlot, de Siruela, para festejar esa buena nueva y luego lo regalo. Solo está en mis manos unos pocos segundos. Más tarde caigo en la cuenta de que la editorial Siruela todavía existe, aunque orientada hacia otra parte. No me asalta la nostalgia, contra toda previsión. Siento más bien algo ligero y tierno. Casi no queda rastro de la calle de mi infancia aunque cuando uno se detiene percibe olores y
Lo contaban hoy en los medios. La candidatura Junts+Puigdemont se ha elaborado de una forma novedosa: a cada uno de los 20 primeros de la lista se les exigen 20.000 € y, a los siguientes, la mitad. A los afiliados al partido se les piden 3.000 para ayudar a la causa. Ser candidato por 20.000 € es algo así como reconocer que la elecciones son una inversión que se amortizará en breve. También es una invitación a sacar la mayor tajada posible durante los 4 años de legislatura y, por consiguiente, una invitación al mal. Nadie ha dicho nada de eso, ya nadie se asusta. A medida que los políticos abandonan la política (y por extensión la democracia) todo se ve normal y aceptable. Si usted está en el paro pero dispone de 20.000 puede llamar a Carles. A lo mejor puede hacer una puja, y quizás por algo más de 20 alcance uno de los primeros puestos, todo se puede hablar. El mismo Carles se entrevistó esta semana con la patronal en algún pueblo de Francia. Habló con Sánchez Llibre, antaño diputado