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Un ciudadano salvadoreño

A mi también me sorprende un poco lo del mediador internacional para un conflicto que no existe, y lo repito: no existe conflicto alguno entre Cataluña y España. Ningún conflicto nos enfrenta a los ciudadanos de Barcelona con los de Badajoz. Si existe algo así como un conflicto, ese conflicto está entre catalanes de distinta filiación emocional y política. Lo demás es el relato pervertido de unos líderes ansiosos. Si se necesita de veras a un mediador, se necesita un negociador entre los catalanes purasangre y los charnegos, como yo. Si acaso hay un problema, es un problema catalán. Entre una Cataluña tradicionalista y ciega y una Cataluña abierta, real, plural, con mil identidades lenguas colores sentimientos formas de amar sentir trabajar ser pobres hablar escuchar callar dormir, temer y soñar.  Puede que haya un conflicto (que no es conflicto si no simple disputa por el poder) entre partidos políticos que quieren pellizcar fragmentos de poder, cargos y buenos sueldos. Pero ese tipo
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WIFREDO PARA NIÑOS DE RIPOLL

  Lo que les presento son algunas viñetas de un comic (antes TBO) que se edita en Cataluña. La publicación tiene una larguísima historia y una cruz de San Jorge, que es la Cruz de Hierro en versión regional. Durante muchos años fue un faro patriótico y de la lengua catalana frente al franquismo, que la toleró sin muchos remilgos. En esta revista, llamada Cavall Fort y que ahora los ayuntamientos valencianos de PP y Vox repudian y cancelan, siempre se practicó la mezcla de lengua y patria. Hablar en catalán o leer en catalán implicaban una visión nacionalista incluso sin mencionarlo. Eso lo saco de mis apuntes sobre la formación del espíritu nacional catalán, que algún día publicaré. Ha habido miles de lectores y cientos de escritores catalanes sin un ápice de nacionalismo, pero esos se soslayan. Se soslayan por tibios, ignorantes o botiflers. Es un credo que se fomenta en la infancia. Si enseñas el catalán a un niño, creas a un futuro patriota. Ese es el catecismo. La identificación en

DINAMARCA EN AYUNAS

Nos dijeron: Cataluña es la Dinamarca del sur, y por eso queremos la independencia. El sueño danés era frecuente en los dirigentes de la derecha nacionalista, y con esa promesa reluciente pretendían llevarnos hacia el paraíso helado, en donde los niños son más listos, aprenden mejor y encima todos tocan el piano casi como el pequeño Amadeus. La Dinamarca del sur era una referencia habitual en los años duros del "procés", y muchos lo creyeron, del mismo modo que creyeron que la democracia se inventó en Manresa, que Tartessos está en Tortosa (¡viva la etimología!) y que Franco hizo una guerra contra Cataluña. La lista de hipérboles, alucinaciones y fantasías contribuyeron al delirio colectivo que ahora se descompone en la cuneta, como el asno que retrató Buñuel. Hoy he tenido una aproximación a la Dinamarca del Sur. Como ustedes saben, los comedores escolares son licitados por los ayuntamientos y concedidos a empresas de sectores variopintos. En mi ciudad, la licitación la ha g

LA SOMBRA DE PETER PUIGDEMONT

Tardó poco tiempo, la sombra, en protestar. Hay sombras con tendencia a la rebeldía, como la de Peter Pan. Luego hay sombras como la de Grey, que son de otro calado y para consumo rápido, cash and carry. Se ha escrito tanto de las sombras como de la luz (e incluso de las luces: en el cielo, al final del túnel, etc). Yo mismo me acabo de comprar "El arte de la oscuridad", un bello tratado sobre las sombras en el arte pictórico. La sombra siempre atrae. ¿Qué haríamos sin la oscuridad que nos ilumina? Hay sombras que se resisten a serlo y piden portada cada día, quizás para aparentarse que son corpóreas. He ahí Peter Puigdemont, la sombra iluminada por los flashes. El señor pide ahora una reunión urgente en un país neutral, como por ejemplo Suiza. Amenaza con una moción de censura inminente, justo en el primer día en el que echa a andar el Congreso. Se trata de tener ni una sola portada. Nadie se fía de nada, de nadie: nadie se fía de su sombra, ese sería el resumen del cuento.

HACIA LA INTERNACIONAL CHARNEGA

A Miquel C., el autor de La sombras se equivocaron de dueño Fui judío en Múnich y palestino en Jerusalén, cubano en Suecia, argentino en París.  Y, en Cataluña, charnego. Luego fui ruso en Lituania y ucraniano en Nueva York, kosovar en Roma, chileno en Berlín. Y, en Cataluña, charnego. Prometo que fundaré -y prometo no tardar mucho en fundarla la Internacional Charnega, que no tendrá bandera ni himno ni carné de afiliado ni estatutos. Fui forastero al norte del Misisipi,  coreano del norte en Corea del Sur, senegalés en Casablanca, rumano en Madrid, y, en Cataluña, un puto charnego. El único requisito para formar parte de la Internacional Charnega será haber cometido el mayor delito: haber nacido en un lugar y vivir en otro. Como el albatros errante. Haber nacido en el mundo.

IGUALDAD SÍ, PERO EN LA POBREZA

Escucho a los dirigentes del Partido Popular, preocupados por la desigualdad que se le avecina a España. Y también oigo la reclamación de derechos de la ciudadanía de los dirigentes nacionalistas catalanes -que a menudo confunden derechos con privilegios. Y por eso hablan del "pueblo catalán", entidad mágica a quienes atribuyen voz, deseos y voluntad unánimes. A su modo, ellos también hablan de igualdad: la de una ciudadanía uniformizada en el ensueño identitario. Sin embargo, ni a los unos ni a los otros les interesa mucho la igualdad. Es más: en tanto que ideologías de la derecha conservadora, ambos suspiran, en el silencio de su intimidad, por mantener las diferencias esenciales. Eso es ser conservador: preservar las viejas estructuras, las clases, los espejismos atávicos. Solo así se explica la obsesión por crear diferencias entre nacidos aquí o allá o un poco más allá, por mantener la distinción y el estigma, la señal indeleble: usted no es de aquí, ¿verdad? Ya en los úl

EL DIABLO ES PELUDO Y ARGENTINO

A los apocalípticos y a los catastrofistas cualquier noticia les corrobora su tesis: el mundo se acaba y está cayendo en manos de los demonios. Lo dijo Shakespeare en La Tempestad: el infierno está vacío y todos los demonios están aquí. Si ustedes conocen la obra del genio inglés, sabrán como termina. Solo les anticipo que el final es pacífico, de perdón e indulgencia. Dicen que William era católico. El último demonio detectado es un tal Milei, que se parece más a un pobre diablo trastornado que a un demonio tremebundo. Ya lo iremos viendo, pero esa clase de anarcocapitalistas suelen rebajar mucho sus furias cuando llegan al corazón del sistema y el sistema les engulle. Fíjense en el desdichado Puigdemont, tipo también de pelambrera irredenta, que termina por pactar contra lo que más odiaba, lo que más pretendía destruir. Resulta fácil (y gratuito) juzgar como votan los argentinos sin ser argentino y viéndolo des de la barrera europea, y más barato aún pronosticar la debacle. Este tipo