Las luces suspendidas en un aliento efímero de cables negros. Sirven para iluminar las calles que iluminan las tiendas, que a su vez iluminan la caja, que a su vez llena La Caixa. Unos instantes de luz que parpadea, el espejismo de un antiguo ritual pagano que luego se hibridó con Jesús, el palestino. Siempre fuimos cobardes y nos fue mejor así, la cobardía es un aprendizaje costoso. A los niños les gusta la pelea. Incluso los antiguos vascos se rindieron al ver las legiones romanas ante sus puertas. Aunque luego digan que el País Vasco jamás fue conquistado, la verdad es que se rindieron sin luchar y por eso tuvieron una conquista blanda. El sueño de la paz puede que sea el sueño de los cobardes que prefieren vivir. Ya cesaron las voces del independentismo catalán que exigían muertos: nadie se ofreció voluntario para morir por la patria. Y, sin embargo, hay quien todavía se regocija en la furia y no perdona la Navidad cuando puede verter sangre fácil. El día en que nació Jesús el pale...
Este es el diario de un catalán no nacionalista, lo que podríamos llamar, siguiendo a Habermas, un patriota constitucional, partidario de la igualdad en la diferencia.