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Mostrando entradas de septiembre, 2024

PERDONEN A HERNÁN CORTÉS

El presidente de México le pide al rey de España que se disculpe por las atrocidades de la conquista española. Es decir, que se disculpe por algo que ocurrió hace 500 años. Se produce una situación paradójica: uno que no hecho nada debe disculparse ante uno al que no le han hecho nada. Aunque paradójica, la situación no es extraña: sin ir muy lejos, la Iglesia Romana ha pedido disculpas por los desmanes cometidos durante siglos en nombre de Dios. En esta tesitura: ¿Netanyahu le exigirá al Canciller Olaf Scholz que se disculpe por el exterminio del pueblo judío? El caso mejicano es posible que deba leerse en clave mejicana, atendiendo a las cosas de su política interna. Y que, a la vez, conecte con el sentimiento republicano español. Las monarquías europeas arrastran sus pies con torpeza y dificultades, y la fractura social no se lo pone nada fácil. De poco sirve que los monarcas se paseen por el orbe con sus iniciativas caritativas: el gesto que esperan muchos no es una dádiva para los

PINTURA Y ACTIVISMO SOCIAL

Cada vez que empieza el curso ocurre lo mismo: el alumnado permanece en esa eterna edad pequeña y yo he dado una zancada más hacia la oscuridad. Un dolorcito nuevo, una dioptría más, el avance de las canas, tres visitas médicas programadas en el ambulatorio, otra carta para la detección precoz del cáncer de colon. No pienso en el futuro ya que no sabría qué pensar y además me da miedo. No tengo plan de pensiones ni seguro de defunción. Pero de un tiempo a esta parte me fijo más en los jubilados, es decir, en sus ocupaciones tras la desocupación. Y entonces me pregunto: si llego ¿qué haré con mi tiempo? Cuando uno llega a un lugar nuevo lo primero que debe hacer es callar y observar. Siempre lo he hecho así, no me ha ido mal. Observo pues a los jubilados que practican hobbys y descubro uno muy común: el activismo social. Me parece muy bien, lo apunto. Debe ser placentero dedicarse a molestar al sistema cuando el sistema ya no te tiene agarrado por el pescuezo, hay algo poético y bello e

LA CATALUÑA SIN DIOS NI PUIGDEMONT

Escucho hablar de las periferias de España, esas nacionalidades exigentes y egoístas, insaciables y llenas. Me pregunto si la periferia conlleva el narcisismo, si hay algo antropológico y patológico en los límites del mapa.   Y mientras me lo pregunto me paseo por el límite de la ciudad de provincias. Aquí, en ese muro de ladrillo rojo, termina la ciudad. Luego ya solo hay campos yermos, abandono, rastrojo, escombros, basura agazapada entre la maleza. Aquí se terminan las calles y los semáforos, las farolas, las antenas de telefonía. Los bloques están habitados por gitanos y africanos de media África, des de Senegal hasta Mali, Marruecos, Burkina Faso. Esa periferia no se siente superior: bastante tiene con llevarse algo a la boca antes de que se acueste el día. No hay tiempo para pensar en hechos diferenciales. Los niños desnutridos abundan, pese a las oficinas de Servicios Sociales que están por algún lado. Llega una línea de autobús, con horarios imprecisos y el conductor con la car

Fluoexetina, o la obligación de ser felices

Estar triste no es productivo. El sistema te necesita feliz y activo para que muevas el dinero con ilusión, comprar y vender, bizum o transferencia, compra y si no te gusta devuélvelo o te lo vendes, Wallapop, Vinted. Es fácil ser feliz moviendo el dinero arriba y abajo. El jubilado puede participar en la economía gastando sus ahorrillos o invirtiendo en bitcoins, jugando en la bolsa. La bolsa y la vida. El suicidio no es una opción, más que nada porque los muertos no contribuyen a la alegría económica (una vez satisfechos los costes del entierro en Memora). La felicidad se puede recuperar en un comprimido encapsulado, rosa y blanco, con la palabra Fluoexitana inscrita en cada capsulita. El mundo está encapsulado: cápsulas de café, de leche, de te, de caldo de pollo compatible con la máquina Nespresso. Te lo dice el atractivo canoso George Clooney con su sonrisa de pago. Hay cápsulas de felicidad y de yoga y de ciencia en Youtube: el universo en pequeñas cápsulas digeribles en poco tie

ALEXA, DIGUES ¡INDEPENDÈNCIA!

La premsa independentista s'esforça en explicar la pífia del darrer 11 de setembre no com una pífia si no com un nou èxit i l'auguri d'una victòria imminent. L'independentisme continua usant el llenguatge religiós de la promesa eterna, l'arribada d'un regne que aquest cop no és un regne: és (o serà o seria) una república. Els mitjans més aguerrits expliquen el que les orelles independentistes volen sentir. El relat s'allunya encara més del món perquè el món no els agrada: Puigdemont fa el rídícul sota un barret de palla i el president real resulta que... ¡oh, no! és del PSOE. La realitat no ens serveix perquè no ens agrada. Malgrat la patacada monumental de públic de l'11S del 24 , la desfilada nocturna de torxes es va repetir. Durant els anys més negres del"procés", la desfilada de torxes  era la performance més terrible i més angoixant, la que contenia una amenaça explícita, ardent, paorosa. Es van fer desfilades nocturnes amb torxes en molte

EL DESIG DE SER VASSALLS

Al meu poble hi ha festa major i tendeixo a recloure'm a casa, a l'espera que passi, com el poruc s'aixopluga durant la tempesta. Malgrat tot  he de sortir a comprar al súper i per tant em topo colles de diables, de trabucaires, de castellers. Mai no he entès la cosa dels castells i menys encara després de saber que una nena enxaneta ha estat uns quants dies a l'hospital per una caiguda esgarrifosa. Em temo que ser enxaneta deu ser el càstig que s'imposa a la canalla que es porta malament a casa o que treu males notes a l'escola. Diables i trabucaires es vesteixen amb robes d'abans de la Il·lustració i així reivindiquen aquell passat feudal que tant agrada per aquestes terres nostàlgiques, quan érem vassalls del senyor comte o del bisbe d'Urgell. És el desig de ser vassall, que es fa incomprensible al segle XXI però que es manifesta cada any. Aquest estiu, al poble de Talamanca, han reeditat la performance lamentable que reviu la batalla, i hom es disfre

EL DELINCUENTE SIEMPRE ES UN EXTRANJERO

Alguna vez he estado en desacuerdo conmigo mismo, pero no recuerdo que el conflicto haya llegado a las manos, ni la sangre al río. Sin embargo, cuando el conflicto se produce con otro, resulta impredecible el resultado. Por estos días, algunos políticos y alguna prensa se empecinan en contar graves conflictos entre comunidades distintas, que siempre se dividen entre autóctonos y extranjeros. Extranjeros inmigrantes, extracomunitarios y pobres, claro está, ya que cuando el extranjero es rico y famoso (pongamos por ejemplo, un futbolista) desaparece la amenaza. En el caso de Dani Alves, nadie mencionó su condición de extranjero. Convivir no es fácil, y cualquiera lo sabe: la pareja, que es la convivencia mínima, puede ser conflictiva. Y si usted le añade la suegra ya ni le cuento. A muchos les gusta el conflicto, que es un alimento adictivo. Quizás por eso lo buscan, lo inventan o lo magnifican. Se dan datos escalofriantes sobre población reclusa con la intención de demostrar que el extr

STOLPERSTEINE

  Hay, en Alemania, un artista llamado Gunter Denmig, nacido en Berlín en 1947. A él se deben esas Stolpersteine que están en muchas calles de Europa. Si usted se fija en por donde pone los pies cuando anda por la calle camino del Lidl es muy probable que se haya tropezado con alguna de esas piedras. De eso se trata: no entiendo la lengua de Rilke y lo he tenido que consultar, pero resulta que una "stolpersteine" es una piedra en el camino que te hace tropezar. Gunter repartió miles de esas piedras por las calles europeas. Son unos cubos de 10 cm por cada lado, coronados por una chapa de latón que es la que sobresale y podría llevarle de bruces al suelo si anda usted por las nubes. El objetivo de Gunter, sin embargo, no es provocar ningún daño a nadie, sino que busca una acción muy propia del arte contemporáneo: que usted agache la cabeza y mire a sus pies. Es decir, que haga un gesto de humildad y respeto. Es un bello gesto. Lo que usted encontará es un nombre y unas fechas:

LA VIDA RENUNCIADA

La casa vieja está desocupada. Ya no le interesa a nadie y solo vale el espacio que ocupa, el solar con el que podemos hacer negocio, ganar dinero, levantar tres pisos con mucho metal, pladur y cristaleras tintadas, domótica y leds. La tristeza ha llenado la casa vieja y se ceba con ella en el atardecer. La última habitante fue una mujer, me cuentan: la podía ver por las mañanas limpiando, pasando el trapo. Llevaba una batita de cuadros azules y rosas y blancos, siempre la misma bata. Sacaba el polvo una y otra vez, como si este acto ritual hiciera mejor el mundo, como el sacrificio a un dios antiguo. Quizás pensaba que la ausencia de polvo devolvería la alegría entre esas paredes o dentro de su batita azul. Luego la casa se quedó en silencio y el polvo se adueñó de ella. Puede que la mujer esté en una residencia, o en el país de los muertos. Una lepra mineral se ha pegado a la fachada, y una arenilla parduzca se desprende de los muros, como una lluvia cósmica, lenta, silenciosa. El sa