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ALEXA, DIGUES ¡INDEPENDÈNCIA!



La premsa independentista s'esforça en explicar la pífia del darrer 11 de setembre no com una pífia si no com un nou èxit i l'auguri d'una victòria imminent. L'independentisme continua usant el llenguatge religiós de la promesa eterna, l'arribada d'un regne que aquest cop no és un regne: és (o serà o seria) una república. Els mitjans més aguerrits expliquen el que les orelles independentistes volen sentir. El relat s'allunya encara més del món perquè el món no els agrada: Puigdemont fa el rídícul sota un barret de palla i el president real resulta que... ¡oh, no! és del PSOE. La realitat no ens serveix perquè no ens agrada.

Malgrat la patacada monumental de públic de l'11S del 24 , la desfilada nocturna de torxes es va repetir. Durant els anys més negres del"procés", la desfilada de torxes  era la performance més terrible i més angoixant, la que contenia una amenaça explícita, ardent, paorosa. Es van fer desfilades nocturnes amb torxes en moltes poblacions, i en algunes d'elles s'aturaven davant les cases dels veïns coneguts com a "enemics" en una clara invitació al foc. Els amics més amics del foc foren uns joves alemanys dels anys 30 del segle passat. Potser caldria recordar que el primer cop que es va dur la torxa encesa des d'Atenes a la seu dels Jocs Olímpics fou el 1936, i la seu era Berlin.

Els periodistes han dit: Alexa, digue'm que Catalunya serà independent molt aviat. Fes-me un article que em convenci. I digues que l'independentisme del carrer continua viu, no estaba muerto que, estaba de parranda, que els carrers encara son nostres. Després de les torxes, l'altra amenaça explícita és, justament, "els carrers sempre seran nostres": l'ocupació de l'espai públic, l'expulsió implícita del discrepant. Com més minvant sigui l'afluència de manifestants, més encès serà el discurs. Cal encendre la flama, que la torxa no s'apagui, que tremoli l'enemic.

Un independentisme residual i fora de les institucions voldrà ser més agressiu, més llenya al foc: Lluís Llach usa un to apocalíptic, acusa de feixisme, implora i somica. En el seu discurs del dia 11 declamava i vam témer que no es posés a cantar l'avi Siset o la Gallineta, però es reserva les bombes brutes per si, més endavant, li calen. Els joves marxen de l'independentisme, avorrits o cansats. Quan el Barça guanya, la canalla és del Barça, quan el Barça perd, la canalla és del Madrid perquè ofereix més alegries i es tracta de divertir-se molt i com sigui. Si ja no anem a cremar contenidors a les tardes ens estimem més anar a jugar amb la Play, fer uns petes o un botellón. O un botellot, com deia el trist Joaquim Torra. 

Quan a l'Alexa li demanes que digui "independència" et posa una cançó de Taylor Swift perquè no t'entén i llavors han de sortir el Partal o l'Antich a inventar-se una crònica de ficció. Si haguessin fet ells les cròniques, a Waterloo hauria guanyat Napoleó i a Gettysburg, els confederats. L'independentisme és una fe, una fe petita i agressiva que odia el món.

Comentarios

  1. No hay nada tan patético como la letra de los Segadores. Eso de "bon cop de falç" es simplemente denigrante. Siguen con que no hay olvido ni perdón, y nos llamamos sociedad cristiana. Alucino entre lo que son y lo que quieren rpresentar.
    Por otra parte, Lluis, nadie compra la camiseta del árbitro, así que no te extrañe que los nois se apunten a caballo ganador. Por cierto, de Negreira nadie sabe nada.

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  2. Veo un éxito, el asunto está en manos de entidades cívicas, que como en cualquier democracia, las hay para todos los gustos, así para la defensa de las corridas de toros, del jamón ibérico...
    Saludos

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  3. Lo de que Llac use un tono apocalíptico no es ninguna novedad. Cualquiera de sus canciones y cualquiera de sus declaraciones lo tiene, es una persona que desprende negatividad apocalíptica. Cuando su enemigo era el franquismo, nos parecía bien (claro que tampoco sabíamos eso de que algunos hijos matan al padre simbólicamente, como en este caso). Ahora ya no pega, pero está demasiado mayor para darse cuenta.

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