El presidente de México le pide al rey de España que se disculpe por las atrocidades de la conquista española. Es decir, que se disculpe por algo que ocurrió hace 500 años. Se produce una situación paradójica: uno que no hecho nada debe disculparse ante uno al que no le han hecho nada. Aunque paradójica, la situación no es extraña: sin ir muy lejos, la Iglesia Romana ha pedido disculpas por los desmanes cometidos durante siglos en nombre de Dios. En esta tesitura: ¿Netanyahu le exigirá al Canciller Olaf Scholz que se disculpe por el exterminio del pueblo judío?
El caso mejicano es posible que deba leerse en clave mejicana, atendiendo a las cosas de su política interna. Y que, a la vez, conecte con el sentimiento republicano español. Las monarquías europeas arrastran sus pies con torpeza y dificultades, y la fractura social no se lo pone nada fácil. De poco sirve que los monarcas se paseen por el orbe con sus iniciativas caritativas: el gesto que esperan muchos no es una dádiva para los pobres. Es evidente que el crujir de dientes está instalado en los palacios reales y todo el mundo sabe que se acercan a su fin. Nadie sabe cuándo, solo se sabe que eso sucederá. Juan Carlos estuvo a punto de dar al traste con el artefacto y su hijo es poco hábil en la tarea de desfacer el entuerto. Además, las repúblicas parecen sistemas más acordes con nuestros tiempos y eso es una obviedad. Incluso en Star Wars los buenos son republicanos y los malos, emperadores al estilo de Carlos V.
Francisco Pizarro era un porquerizo. Diego de Almagro un paria que huyó a América para librarse de la justicia tras un embrollo sucio y feo. Hernán Cortés, hijo de hidalgos venidos a menos, tipo pendenciero y liante de mucho cuidado. Nadie se va a conquistar países cuando las cosas le van bien donde está, y no hay ningún patriotismo ni ningún ideal en esos conquistadores. Solo codicia y, posiblemente, personalidad psicopática. Aunque la psicopatía no se nombraba así en aquéllos tiempos: la mayoría de los héroes antiguos estarían, hoy, bajo tratamiento. O en el poder: si en la sociedad los psicópatas no superan el 3%, en el mundo de la política y de la empresa son más del 10%, y el porcentaje asciende cuánto más alto es el cargo. ¿Quién debe pedir perdón por vivir en una sociedad que premia al psicópata? ¿Qué trastornos mentales terminan en la farmacología y qué trastornos son premiados con poder y dinero?
Es evidente que el presidente mejicano no habla de eso, si no del papel de la monarquía española y de las enormes riquezas que los conquistadores expoliaron, del colonialismo que permitió el desarrollo industrial europeo a costa de la pobreza de los colonizados. Lo cual es extensible a los demás colonialismos: la red admirable de trenes y palacios de la ópera y teatros y palacios y sistemas bancarios europeos se pagaron con el expolio de más de medio mundo, que todavía sufre las consecuencias y se mantiene en la pobreza con todas sus consecuencias materiales y morales. La historia no es bonita ni bella ni buena y debemos admitir que venimos del horror y del sufrimiento de muchos para sufragar la prosperidad de pocos. Y también se debe recordar que en la España enriquecida por el expolio americano la pobreza avanza, la fractura social se ensancha y el futuro no pinta bien. ¿Quién pedirá perdón por eso?
Esto lo dice Evo
ResponderEliminarMorales... y
todavía, pero
este señor,
que sus
antepasados
eran españoles?,
tengo entendido
que cántabros,
será el único
conflicto
diplomático,
que no lo
empezara
Sánchez,
menos mal.
Pues sí, yo veo aquí dos temas: El primero, como señalas, ¿qué responsabilidad tiene uno de lo que hicieron sus antepasados? Precisamente la parte que me hizo a mí empezar a abrir los ojos ante la ilógica de nuestra religión fue la del "pecado original". ¿Por qué todos los seres humanos nacen con un pecado original, causado por la desobediencia de Eva en el Paraíso? ¿Qué culpa de ese hecho tendríamos todos los que la hemos seguido (si eso hubiera ocurrido realmente)?
ResponderEliminarEl segundo tema estriba en la paradoja: los que reclaman disculpas por los hechos de los conquistadores españoles, probablemente son descendientes de esos mismos conquistadores, así que quizá deberían pedirse las disculpas a sí mismos (en el improbable caso de que cada cual sea responsable de lo que hicieron sus antepasados).
En YouTube, puedes ver videos de entrevistas de un historiador Zunzunegui mejicano ,en un tono simpático y ameno, pero culto. Para él ,no hubo colonias sino virreinatos que es un sistema político diferente. Tampoco conquista, porque fue el buen hacer de Hernán Cortez con sus doscientos hombres(imposible ante miles de nativos),su forma de pensar, así se caso con Doña Marina (del lugar),aconsejó a sus soldados que tomaran esposas(mestizaje),que se nota en sus descendientes. En el caso del oro, se invirtió en catedrales ,las primeras universidades, defensa, infraestructuras...Una parte a la metrópoli .Pero vale la pena escucharlo a él, se pasa un buen rato.
ResponderEliminarSaludos
Algo parecido ocurrió, con la "invasión musulmana" de la Península, no fueron muchos los que atravesaron el estrecho, pero eficaces sus ideas. Califato de Córdoba.
EliminarEs cierto: según los datos, fueron unos 700 hombres quienes conquistaron la península, con lo cual es difícil hablar de invasión.
EliminarPara colmo, dice Zunzunegui, que la Guadalupeña, la Virgen de Guadalupe es copia de la de Extremadura. Más mitad españoles no pueden ser
ResponderEliminarSaludos
Si se hubiera de pedir disculpas y empezar de cero, el señor López Obrador, sí, Lo-pez O-bra-dor, de rancio abolengo tolteca, tal como indican sus apellidos, seguramente no hubiera visto la luz.
ResponderEliminarEn lo bueno y en lo malo han pasado quinientos años.
Todo una cortina de humo para hacernos olvidar el segundo de los cinco libros del "2666", de Bolaño.
Salut