"Resacón en Albacete" podría ser título de la historia, aunque uno de los dos tipos sea vasco y muy vasco, de esos grandotes y brutos que te cortan un pino de un solo hachazo. Y el otro de Torrent, que en castellano sería Torrente como el brazo tonto de la ley. El segundo publicó un libro, no se vayan a creer que solo le interesan los billetes fáciles y la señoras de pago. El libro tiene un título sugerente: "Descentralización , financiación y servicios públicos. Fortalecimiento de la ciudadanía y de la cohesión social". Lo publicó la editorial Tirant lo Blanch en su colección Políticas de Bienestar Social. Se lo pueden bajar de Amazon o comprarlo en papel por 24,90 euritos. Apúrense: no vaya a ser que se agoten en un par de horas.
Ambos amigotes se pegan unas buenas fiestas, de vez en cuando, en algún lugar lejos de casa y les cuentan a sus respectivas que no se preocupen, que están en un desayuno informativo. Y se echan unas risas y apalabran a las chicas invitadas al jolgorio ¿tú prefieres a la colombiana o a la otra?, les gusta el vallenato, la buena comida y la buena vida. Lo del socialismo, si acaso, lo dejamos para el lunes, hay un tiempo para cada cosa, ya lo dice la Biblia. ¿Y qué me dices del feminismo? le dispara el otro, y ambos sueltan una carcajada y descorchan la primera botella.
Y la juerga dura y dura, y ya van unas cuantas juergas durante esos buenos años. Llegará el crujir de dientes, quizás a veces lo intuyen y luego lo soslayan, pero ellos son más del que me quiten lo bailao, agarra el dinero y corre, al fin y al cabo todos tenemos que morir algún día y más te vale que, cuando llegue el día, te vayas bien satisfecho de estómago y de cintura para abajo. De cintura para arriba, si acaso, diremos que somos buena gente y que nos esforzamos por el bienestar común, la igualdad y todas esas cosas que ahora no recuerdo muy bien ¿tú recuerdas cuáles eran? ¿Algo de igualdad y fraternidad, quizás?. Ambos presentan ese cuerpo endomorfo con tendencia a engordar que a veces hace sospechar, y ese carácter bravucón, de temperamento sanguíneo y jocoso, los que saben que hay dos tipos de vida: la buena de veras y la otra, que es la de los currantes y los pobres y que, por definición, no merece ser vivida.
Llegan la colombiana y la otra, llegan las botellas y la comilona, y sacan los fajos de billetes enrollados con una goma de pollo. El camarero les sube otra botella de champán bien frío un par de horas más tarde, déjala ahí mismo, camarada, le suelta el vasco, y tómate tú algo luego a mi salud y recuerda que debes olvidar. Y el camarero se va para la recepción de nuevo y piensa en qué se gastará el billete gordo de la propina, pero no necesita pensar mucho rato para recordar el precio del alquiler, el tercer pago de las colonias de final de curso de la niña, que va a la pública pero las colonias hay que pagarlas, como el comedor escolar, y la ortodoncia que no está incluida en las prestaciones sanitarias universales, por no hablar del dinero que tiene que mandarle a la abuela, pensión mínima no contributiva, y la cuota del coche seminuevo, porqué tuvo que tirar el Corsa que tiene prohibido circular por demasiado contaminante.
Ya por la noche, cuando sale del trabajo de camino a casa, el camarero alza la mirada hacia la habitación 237: las luces permanecen encendidas pese a las altas horas y llega hasta la calle el sonido de la cumbia y de las risas, todo es alegría y juerga ahí arriba, esa gente sí que sabe, menos mal que les tenemos a ellos, que nos defienden.
Creía que terminarías con "menos mal que tenemos a esta gente, que gastan dinero y nos dejan buenas propinas".
ResponderEliminarMe hace recordar, en los tiempos del estrapelo, de cómo se gastaban los traficantes de comida y medias de naylon, el dinero en la Segunda, un famoso cabaret de Córdoba de los cuarenta. Un refrescante escrito, me ha sentado bien
Gracias
Creo que hay más actores, aunque no saldrá el que está profundamente enamorado de su mujer, dentro del partido hay castas y tu has retratado a la de los "intocables".
ResponderEliminarSalut.