Ir al contenido principal

PAÏSOS CATALANS: UN MITO ENSOMBRECIDO


Es complejo decidir quien inventó el mito moderno de los "Països Catalans", la ficción según la cual el territorio catalanohablante forma una entidad política. Aunque tiene apariencia de mito fundado en Cataluña por ese catalanocentrismo que tanto molesta en Valencia y en Baleares, quizás fue obra de Joan Fuster, un escritor nacido en Sueca y demasiado prolífico. Fuster se atrevió con la poesía y con el ensayo, y fue reconocido por sus aforismos a chorro, como de loco lúcido o de sabio orate.

El pancatalanismo se dio de bruces con la realidad: tanto en Valencia como en Baleares se lo tomaron como un intento expansionista catalán, un tímido pero deplorable Anschluss. La idea de Països Catalans cuajó en Cataluña pero no en los demás territorios afectados. [Nótese que en los territorios de habla vascuence se da el mismo fenómeno, y son los vascos quienes reclaman la anexión de Navarra (y de la parte francesa, el Ipar Euskal Herria). Solo nos falta que los nacionalistas gallegos reclamen la anexión de Portugal y de Brasil.]

Parece ser una evolución natural: tras sentirse nación, un territorio enseguida empieza a soñar con su expansión. Al fin y al cabo, así se construyeron los imperios de la antigüedad, deben de pensar los teóricos del expansionismo. Es una idea romántica y trasnochada, otra consecuencia nefasta del nacionalismo romántico que destruyó millones de vidas durante el siglo XX y que todavía se cuece.

A los valencianos que se opusieron al pancatalanismo y a las propuestas expansionistas les tildaron de "blaveros" (por esa barra azul que distingue la bandera de Valencia de la bandera catalana). El término "blavero" era despectivo, algo parecido a un "botifler" catalán. El Partido Popular supo aprovechar astutamente el fenómeno con el resultado electoral que ya saben y que se ha repetido de nuevo, aunque el gobierno progresista del Pacto del Botànic nunca se acordó del asunto de los Països Catalans: se guardaron muy mucho de nombrarlo durante su breve mandato.

A día de hoy, el panorama político es desolador para el expansionismo catalán: el PP gobierna en Baleares y en Valencia (con la ayuda de la mano de VOX, cual mano incorrupta de Santa Teresa). Y si uno se remite a la antigua Corona Aragonesa, resulta que en Aragón sucede lo mismo. El giro electoral desmiente las ganas de integrarse en los Països Catalans por parte de la ciudadanía. Y también pone en riesgo varios pactos de colaboración en asuntos de identidad cultural y memorialísticos.

A día de hoy, creo que ya solo son Òmnium Cultural y la CUP quienes hablan de Països Catalans, pero el independentismo más intenso lo nombra a menudo en sus foros y sus delirios, tal como Hamlet nombra al fantasma de su padre como excusa para liar una tangana.

Me pregunto: ¿qué le sucederá al Instituto Ramon Llull, quizás la única concreción política del proyecto "Països Catalans"?. El sustento económico de este Instituto recae en las tres autonomías: veremos si Valencia y Baleares deciden seguir pagando.

Me temo mucho que el ciudadano notará entre poco y nada la probable desaparición del Instituto Ramon Llull o el cese -quizás disminución solamente- de sus actividades.

Algún día deberemos tratar del asunto de los "Institutos", esa argucia de las administraciones para crear cuerpos opacos (recuerden el caso de Laura Borràs y el Institut de les Lletres Catalanes, o el de Baltasar Porcel y el Institut de la Mediterrània. Por no hablar del INCASOL, Institut Català del Sòl).

Puestos a hablar, también se podría mencionar un dato casi anecdótico: si consultan ustedes el elenco del Institut Ramon Llull verán que todo el mundo aparece citado con su nombre y los dos apellidos. Todo el mundo menos uno, que es su director, del cual solo se difunde nombre y primer apellido: Pere Almeda. El segundo apellido de Pere Almeda es Samaranch. 

Comentarios

  1. Fuster no va inventar el nom de Països Catalans, però el va difondre, era un pancatalanista convençut. L'origen és complicat d'esbrinar, mai saps qui testà ensarronant amb això dels conceptes catalanòfils, però sembla que ve del segle XVI. De totes maneres és un concepte ja del tot obsolet, llevat que ja posats a somiar truites ampliéssim aquest concepte a la península catalana i a tot Europa. Preu per preu, sabates grosses,

    Salut

    ResponderEliminar
  2. ¿Podrías explicarme el porqué de no difundir su segundo apellido?, me refiero a Samaranch, es un apellido muy casolá, y me extraña que no lo publicite.
    Lo digo porque se da siempre el caso a la inversa, conozco multitud de catalanistas de pro que esconden el apellido paterno y lo enclavan con la primera letra y un punto y seguido para después poner el de la madre, si es que este es muy autóctono. Conozco varios autores al respecto, y queda así, más o menos: Pepito J. Estruch; eso por los que ya no te digo que cercenan el paterno si este es Perez, y ponen directamente el materno si suena a la lengua de la casa.
    El grupito Koiné está plagado de ejemplos.
    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una amiga de mi mujer ocultó durante años el apellido de su madre: era canaria. Cuando ésta falleció todo salió a la luz. En las esquelas hubiese sido muy comprometido ocultarlo.

      Eliminar
    2. ¿Quiere reír un rato?, se lo pongo fácil y gratis. Lea y se enterará del apellido verdadero del señor Josep Lluis Carod Rovira, https://www.religionenlibertad.com/blog/19157/del-verdadero-nombre-de-carodrovira.html
      Creo, sr Juan Carlos Esparcia Frías, que no hay nada peor que la arrogancia de un converso, las personas que por vergüenza esconden el apellido, no son de fiar.
      Salut

      Eliminar
    3. La ocultación del apellido Samaranch da mucho que pensar. Puede que este señor sea pariente de Juan Antonio y lo quiera disimular. Puede que no sea pariente y que simplemente crea que el apellido del falangista puede ensombrecer su figura. En cualquiera de los dos casos es terrible, ya que solo refuerza la sospecha.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EL COLOR ZANAHORIA DE MIS SUEÑOS

Un señor color zanahoria ha ganado las elecciones en un país lejano que, por ser tan lejano, se parece mucho al mío. El señor zanahoria viene con ganas de lío y parece un tipo rencoroso. Aunque provecto y a la vez pueril, las ganas no le abandonan. Debe de tomar alguna variante de la Viagra para comerciantes filibusteros. El señor zanahoria promete un nuevo desorden mundial, generoso y a raudales, una eyaculación masiva de libertades para los ricos. Y los demás que se jodan. El mundo que promete el señor zanahoria ya no es mi mundo y además me fatiga imaginar lo que se nos viene encima, ya no me quedan fuerzas para resistir. Los pobres han votado al multimillonario, es eso lo que me fastidia y lo que me fatiga. Los pobres han decidido que su monarca sea un ricachón, como en una comedia griega. El señor zanahoria... ¿es una comedia de Aristófanes? me pregunta una vocecita en la madrugada gris, borrasca de levante, soliloquio de nubes. Muros altos, negocios fáciles, sálvese quien pueda y

EL PROCÉS HO VA ESPATLLAR TOT

Escola d'un perifèria molt perifèrica, allà on la ciutat perd el nom i esdevé camp de runes i matoll sense botànica. Siluetes de polígons industrials, el so llunyà dels camions que venen d'Eslovènia i van a Polònia, alguns del quals encara lluen dibuixos metàl·lics de valquíries i amazones nues fets amb un antic aerògraf. No és fàcil descobrir el grup de cases que anomenen "el barri", en un pedent geperut més enllà de les naus industrials. És un grup de blocs de tres o quatre plantes, construït de pressa i corrents a finals dels setanta, tot i que les darreres construccions no tenen més de vint anys, aquells anys en què la construcció era l'esport nacional i havia consens: qualsevol pot fer-se ric si compra i després lloga, si compra i després ven. A l'escola que hi ha al capdavall del barri no hi ha més de cent alumnes, però s'hi compten més de trenta nacionalitats. Divideixo els alumnes en grups de quatre per fer una activitat de llengua catalana i me n&

EL DESIG DE SER VASSALLS

Al meu poble hi ha festa major i tendeixo a recloure'm a casa, a l'espera que passi, com el poruc s'aixopluga durant la tempesta. Malgrat tot  he de sortir a comprar al súper i per tant em topo colles de diables, de trabucaires, de castellers. Mai no he entès la cosa dels castells i menys encara després de saber que una nena enxaneta ha estat uns quants dies a l'hospital per una caiguda esgarrifosa. Em temo que ser enxaneta deu ser el càstig que s'imposa a la canalla que es porta malament a casa o que treu males notes a l'escola. Diables i trabucaires es vesteixen amb robes d'abans de la Il·lustració i així reivindiquen aquell passat feudal que tant agrada per aquestes terres nostàlgiques, quan érem vassalls del senyor comte o del bisbe d'Urgell. És el desig de ser vassall, que es fa incomprensible al segle XXI però que es manifesta cada any. Aquest estiu, al poble de Talamanca, han reeditat la performance lamentable que reviu la batalla, i hom es disfre