Los chistes sobre el catalán tacaño y pesetero están pasados de moda y huelen a rancio o a naftalina, como los chistes sobre gitanos mangantes, españoles cortos de entendederas al lado de ingleses muy listos. Sin embargo, siempre hay alguien dispuesto a resucitar las bromas étnicas y en este caso, el sujeto no es otro que Jordi Coronas, concejal de Esquerra Republicana de Cataluña por Barcelona. Dirán ustedes: ¿hay un republicano que se apellida "Coronas"? ¡Eso es un buen chiste! Pero no se precipiten porqué no se trata de eso. O no se trata solo de eso.
Deben saber ustedes que el concejal republicano Coronas se fue a Gaza con la Sumud Flotilla y, por consiguiente, se ausentó durante 35 días de su puesto de trabajo. Un puesto de trabajo por el que percibe la cantidad de 4.188 euros y que le obliga, por normativa, a acudir a las reuniones o cuáles sean sus tareas. El republicano Coronas manifiesta que se fue con un velero por el Mediterráneo a Gaza sin haber solicitado una excedencia, ya que considera que el viaje forma parte de su labor como político. Lo cual es mucho considerar pero ahí está el republicano Coronas con sus consideraciones.
Quizás haya que ir por partes. En primer lugar quiero especificar bien claro que el viaje a Gaza de la Flotilla me parece digno de admiración: tomar la opción de enfrentarse al fuerte des de una posición de debilidad es elogiable. O quizás diría más: es casi una obligación moral. Cuando el fuerte al que nos enfrentamos es uno de los ejércitos más poderosos y brutales del planeta, la hazaña es admirable y por eso lo aplaudo. Todavía más: ojalá yo hubiese podido ir con esa flotilla a recordarles a los israelitas que su acción en Palestina es deplorable, un genocidio indicutible cometido ante las cámaras del mundo con impunidad, alevosía y mala leche.
Si no fui con la Flotilla es por varios motivos, entre los cuales destaco uno: como el republicano Coronas, yo también soy funcionario público y debo explicar muy bien los motivos de mi ausencia del puesto de trabajo ya que, si no me presento al tajo durante un mes y pico, evidentemente me van a dejar sin sueldo y, además, me abrirán un expediente al cual deberé responder, y deberé afrontar las consecuencias lógicas de mi absentismo. Cuando uno decide practicar la solidaridad lo hace por motivos éticos insoslayables, por una opción moral, por principios. Y si esos principios son verdaderos, el dinero no debería ser un obstáculo. Pero cuando alguien pretende percibir dinero a cambio de su ética algo chirría, algo huele a podrido. En el caso del republicano Coronas hay algo feo y rastrero. El republicano Coronas debería saber que el dinero (público) que cobra a fin de mes surge de los impuestos de todos los españoles (o catalanes, o barceloneses), y que algunos de ellos estarán en contra de las atrocidades de Israel en Palestina del mismo modo que otros estarán a favor, y a otros les importa un bledo. Pero el republicano Coronas cree que todos deben contribuir al sufragio de su sueldo, a esos 4.188 euricos que caen a final de mes.
Desconozco por completo en qué circunstancias viajaron el resto de los valientes expedicionarios a Gaza, y si hubo otros listos o listillos que viajaron a cuenta del erario público. Es posible que lo vayamos descubriendo del mismo modo que han pillado al republicano Coronas.
Lo más lamentable del republicano Coronas es que se ha convertido en otro argumento (¡uno más!) para la derechona ultra, a la cual le ha regalado (envuelto con un lacito republicano) el motivo para nuevos ataques furibundos contra las instituciones democráticas, nuevos insultos a la democracia europea y española, otra carga de profundidad contra ese sistema que tiembla y periclita en manos de una ideología autoritaria que tiene forma de tsunami.
Estaría muy bien que el republicano Coronas hiciera público un comunicado en el cual afirma que ha renunciado al sueldo de este mes, en donde nos cuente que ha actuado conforme a sus principios morales sin importarle la pérdida económica que conlleva su decisión. Si no lo hace, luego que no se queje de los tuits y youtubers que le van a caer, y que ahondarán en el descrédito de la democracia, y en los votos que transitarán hacia las formaciones de las derechas autoritarias que se nos avecinan.
Como bien dices, "En el caso del republicano Coronas hay algo feo y rastrero"
ResponderEliminarA cada acto, su consecuencia, nos dice Aristóteles, y la consecuencia de ausentarse de su sitio laboral sin pedir la excedencia, es quedarse sin el pecunio proporcional; por cierto, es una consecuencia mínima, porque en una empresa privada sería despedido fulminantemente independientemente sea la causa que sea el porqué de su desaparición, y a sabiendas de que al tercer día de no tener presencia laboral el contrato queda abolido unilateralmente por la empresa.
Aun tiene suerte el señor Coronas, pero visto lo visto, no renunciará a su sueldo. ¿Cómo lo va a hacer si reclama 35 días de ausencia sin justificar?
Salut
El caso del señor Coronas solo aumenta los argumentos de la antipolítica para continuar con su labor destructiva. Hay que ser muy avaro y muy zoquete (las dos cosas a la vez) para reclamar el sueldo de los día en los que estuvo ausente por motivos éticos. Es más: si reclama el sueldo ya no son motivos éticos.
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