Ir al contenido principal

ENVEJECER, MORIR, ERA EL ÚNICO ARGUMENTO DE LA OBRA



He citado de memoria uno de los versos más celebrados de Gil de Biedma (poeta emparentado -involuntariamente- con la señora Aguirre, la del tamayazo). La cosa parece muy seria pero no lo es. La cosa trata del paso del tiempo y el tiempo es una de las cosas más difíciles de comprender para una mente chiquita como la mía. Según la física, el tiempo está relacionado con la gravedad. Para ejemplo de ello se suele recurrir al fenómeno del hombre (o la mujer) que hubiera vivido siempre en la cima del Everest: por estar más alejado/a del centro de la Tierra, el sujeto experimentaría una fuerza de la gravedad menor y, por consiguiente, viviría un poco más: el tiempo pasaría más despacio en este sujeto.

En resumen: no nos gusta mucho el paso del tiempo porqué la experiencia susurra que eso nos acerca al fin de la vida. Nadie quiere ser un senior, forma elíptica y estilizada del vejestorio. Aunque las canas se valoran en algunos ambientes, el negocio del tinte para el pelo es apabullante. El octogenario señor Trump es el puto amo del mundo y sin embrago luce un maravilloso y artificial amarillo limón en su pelambrera estrambótica. Por algo será.

Algunos años atrás, un compañero de trabajo mucho más joven que yo envidió mis canas porqué, a su forma de ver, eso me confería mayores cuotas de respetabilidad en este alumnado púber que suele tratar mal al profesorado joven. Lo dijo en voz alta, delante de varias docentes femeninas y todas ellas teñidas de caoba, de rojo violín o de avellana de Reus: todas hicieron como que escuchaban llover y a otra cosa mariposa. Pocos días más tarde, una de aquéllas compañeras me sugirió que me afeitase la barba, ya que la blanca palidez de esos pelitos en la mandíbula (que no en el bigote) me envejecían. Y es cierto: algo muy raro hace que la barba devenga blanca antes que los pelos de la cabeza (y del bigote). Misterios de la genética capilar.

Una tarde, en el supermercado del barrio, pasé un rato observando los tintes masculinos y descubrí que hay unos tintes específicos para la barba. Pero me parecieron muy caros: es mucho más económico comprarse maquinillas de afeitar desechables (ya se las compondrán como puedan en la gestión de residuos). Por un par de euros te ponen cinco y son de Wilkinson. Wilkinson es, a las maquinillas de afeitar, lo que Bang & Olufsen a los altavoces o Häagen Dasz a los helados: un lujazo. 

Por otra parte debo decir que el supuesto respeto del alumnado tiene poco que ver con las canas, pero eso es otro asunto. Fíjense en el lento y sinuoso cambio que ha operado el señor Feijóo en su imagen. Dejó de teñirse el pelo para mostrar canas y, a la vez, se cambió las gafotas por unas lentillas. Trabajos de amor inútiles: envejecer y rejuvenecer simultáneamente, muy propio de un alma gallega, no le ha reportado un mayor respeto entre sus filas ni entre las de sus opositores. Dato al margen: el señor Puigdemont abandonó el tinte y luego regresó a él. En esta vacilación, tan humana, perdió un buen chorro de votos. De modo que nadie sabe si los perdió por simular ser joven, por mostrarse viejo o por vacilar entre ambas opciones, del mismo modo que vacila entre independentista transversal y autonomista de extrema derecha.

Algunos de ustedes sabrán que, aparte de mi profesión, me dedico en los ratos libres a la pintura y al plagio de obras de arte. Una de las cosas que más me entretiene es el envejecimiento acelerado de la pintura para darle un aspecto antiguo que, si me diera por ahí, me permitiría engañar a algún incauto y estafarle un dinerito. Que nunca viene mal cuando hay que afrontar el alza de los precios o el encarecimiento de los gastos funerarios, o la factura militar para defendernos de unos malos que no sabemos quiénes son.


Comentarios

  1. Un pequeño consejo, Lluis:
    Los buenos falsificadores, Ricardo Opisso lo fue de Nonell, se orinan en el lienzo antes de pintar y lo dejan secar al sol. Eso hace que la tela coja ese hermoso color amarillento que sólo lo poseen los lienzos antiguos.
    Una vez seco, hay que darle una capa de pintura base y volver a dejarla secar. Verás como el lienzo se cuartea sin resquebrajarse posteriormente.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. La realidad es que de una forma u otra(hay varías teorías),la sociedad en sí envejece. Acabo de oírlo en tv3 mañanero.Crece los de 80 años(acabo de entrar) y seguirá la tendencia.Sin mirar si son del PP o socialdemócrata

    No está mal el cuadro,ahora a que mire de lado o de frente.
    Saludos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

LA IGNORANCIA ESTÁ DE ENHORABUENA

Unos días atrás, en la terraza de una bar de barrio pobre en donde suelo parar de camino a casa después del trabajo escuché la conversación entre dos obreros jubilados, a día de hoy más preocupados por las cosas de su salud que por las de España. Uno de ellos le contó al otro que el "motobolismo" de  las personas mayores es más lento que el de los jóvenes. Sonreí para mis adentros pero no me reí de ellos: uno ha aprendido que se debe ser comprensivo con esas gentes que nacieron en la España triste y cruel de Franco y que no tuvieron más oportunidades que una sola: la de trabajar de peones en cualquier fábrica o taller, sin haber recibido una educación digna. A esas gentes se lo negaron casi todo cuendo fureon niños y jóvenes, aunque sí les dieron la opción de ir a los toros o al fútbol. Por la misma razón por la que es inmoral reirse de la ignorancia de esa generación y de esos hombres de barrio bajo, construído para sacar las familias de las chabolas, se debe acusar a esas v...

JORDI CORONAS, CONCEJAL REPUBLICANO Y CATALÁN

Los chistes sobre el catalán tacaño y pesetero están pasados de moda y huelen a rancio o a naftalina, como los chistes sobre gitanos mangantes, españoles cortos de entendederas al lado de ingleses muy listos. Sin embargo, siempre hay alguien dispuesto a resucitar las bromas étnicas y en este caso, el sujeto no es otro que Jordi Coronas, concejal de Esquerra Republicana de Cataluña por Barcelona. Dirán ustedes: ¿hay un republicano que se apellida "Coronas"? ¡Eso es un buen chiste! Pero no se precipiten porqué no se trata de eso. O no se trata solo de eso. Deben saber ustedes que el concejal republicano Coronas se fue a Gaza con la Sumud Flotilla y, por consiguiente, se ausentó durante 35 días de su puesto de trabajo. Un puesto de trabajo por el que percibe la cantidad de 4.188 euros y que le obliga, por normativa, a acudir a las reuniones o cuáles sean sus tareas. El republicano Coronas manifiesta que se fue con un velero por el Mediterráneo a Gaza sin haber solicitado una ex...

LA SANTA CODICIA, O EL BBVA SE QUIERE ZAMPAR AL SABADELL

Mientras el Partido Popular se atraganta con eso del aborto, Trump le concede una prórroga al colonialismo en Palestina y se acerca el extraño cometa 3I Atlas, el BBVA sigue intentando comerse al Banco de Sabadell. Las trifulcas y los sinsabores de la banca me interesan menos que el fútbol, que ya es decir, pero lo cierto es que las campañas de ambos bancos promueven muchas risas. Ambos se empeñan en mostrarnos sus buenas obras y maneras, las ventajas de estar a su lado y lo bonito que es tener acciones en las empresas del asunto financiero. La usura se presenta como un bello cuerpo bondadoso y deseable. Definitivamente: nuestra sociedad perdió cualquier atisbo de valores cristianos por más que alguien afirme que Europa se construyó sobre los restos del cristianismo. Eso del banco grande que pretende comerse al pequeño me entusiasma: aflora un sinfín de eslóganes etéreos o incluso metafísicos para convencer a los accionistas, y por otra parte, el cantautor Albert Pla, que nació en Saba...