Ir al contenido principal

EN PARÍS CON MÁS PELO


Aquí me tienen, encaramado en el Pompidou y con la silueta muy leve del Montmartre al fondo. Es un verano de hace... Bueno, yo tenía 26 años y bastante más pelo que ahora. Sacaron la foto con la cámara Yashica comprada en una de aquéllas tiendas de la Barceloneta, en la calle de la Reina Isabel, por detrás del Restaurante 7 Portes, lleno de tienditas dudosas y trapicheo y quintos de cerveza tirados de precio. Ya no existe nada de todo aquello, destruido por el turismo de cruceros y aviones baratos que nos va devorando lentamente pero con seguridad. O velozmente, quizás, pero siempre con seguridad.

En París había mucho turista y yo era uno de ellos. Aunque era un turista pobre que había ido en autocar a la ciudad de la luz y dormía en un albergue. A decir verdad, hay más luz en la Barceloneta que en París, pero unos crían fama y otros cardan la lana. En París era fácil ver tenderos y camareros un poco hartos de los turistas. Demasiada fama, demasiado cine, demasiado Truffaut, Goncourt, Godard, Eiffel, jorobado de la catedral, Sena y clochards y bouquinistes i bateaux mouche. Y no sabían lo que les esperaba. En Barcelona nos veíamos pobres y atrasados. En la playa de la Barceloneta, justamente, todavía estaban los chiringuitos y Bernardo Cortés alias Palomino con su guitarra por entre las mesas encima de la arena.

Se termina el agosto y te van a preguntar en donde estuviste, en qué país exótico o lejano o bellísimo, en qué aguas cristalinas te bañaste con un daiquiri en la mano, donde te hiciste selfies y qué educados y serviciales eran los camareros, y qué bellas las mujeres, y qué barato y lindo el hotel, tanta agua tan cerca, suerte tienen del turismo que les da vida y les alegra la vida. Aviones y cruceros llenos de currantes dan alegría y dinero por el resto del mundo como antes Dios repartía la Gracia. En el barrio de Gracia se agobian con tanto turista y las vecinas cuelgan pancartas contra el turismo. Las vecinas de los alrededores del Parque Güell ya están hartos y Collboni le pide al nuevo President que le eche un capote con esa cosa del turismo y los pisos francos porque se intuye que eso es otra burbuja y que Dios nos coja confesados, porque las burbujas estallan y vete a saber lo que se llevan por delante, igual se llevarán los votos.

España vivía del tocho y la terraza del bar con paellas de Paellador. Ahora ya no hay tocho y es imposible alquilar un pisito, los bienes se entregan al turismo. Dicen: el turismo nos deja miles de millones. Pero ¿a quién le dejan estos miles de millones? ¿En qué bolsillos pernoctan? Barcelona importa turismo y exporta vecinas que ya no pueden pagar alquileres y se desplazan hacia las afueras, se ha inaugurado un nuevo fenómeno migratorio interior, eso tan conocido en España, que vuelve a las maletas de cuerdas. Como después de un ensoñamiento breve vuelve el emigrante económico pero no queremos emigrantes de afuera, esos que nos invaden con sus culturas extranjeras, bárbaras y miserables.

Marina d'Or se resquebrajó pero claro, eran aquellas cosas del partido popular corrupto y valenciano y en Barcelona gobiernan los progresistas que velan por nosotros, pecadores del pecado de pobreza, ¡haberos hecho inversores!, claro, resuena la voz de un Alfonso Guerra rejuvenecido que proclama que España es el país en donde es más fácil hacerse rico en menos tiempo. Compre un piso y póngalo en Airbnb y luego nada, a vivir la vida, que son cuatro días. El Carpe diem era solo una invitación a invertir en pisos para turistas. Por cada rico, diez jodidos: intente usted estar en el lado bueno y a los demás que les jodan, el paraíso es así al alcance de los listos. No era la bondad, el truco era ser más listo.

Creo que no volveré a París y quizás tampoco a Barcelona, y tampoco regresará el pelo a mi cabezota (a no ser que haga turismo capilar en Estambul), ni me bañaré otra vez en la misma agua del río Alcanadre.


Comentarios

  1. Pues estar seguro de que nada es como era.
    El Alcanadre está imposible. Mi señora es de por allí, ¿te suena Rodellar?, pues el camping francés ha contaminado el pozo de agua, y ya no se puede regar con la misma. Los turistas mean mucho y defecan más, pero defecan sobre los bienes que los nativos cultivaron toda su vida.
    Ahora aquello es ladrillo y bar, mucho bar y mucho ladrillo.
    Como a ti, a mi señora tampoco se le ha ocurrido volver por allí, los recuerdos son como lo que nos ha pasado en la cabellera, una vez se van cayendo ya cuestan de volverlos a intaurar.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Si pareces un bailao de flamenco, así mirando al público desde arriba.
    Bueno parece que ahora se quejan del turismo,cuando antes era bien recibido.No sé si saben de dónde salen sus paguitas,sus subvenciones,sus servicios públicos gratis.Se creen que salen del sector industrial que miren a su alrededor
    y que cuenten las fabricas.Ya se han olvidado del país de miseria de hace 50 años.
    La subida de este signo de queja,es un indicativo de la llegada de otra crisis,de aquellas que padecemos en este país
    Saludos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

VIVIM TEMPS INTERESSANTS PER ALS LLOPS

Vivim temps que prometen ser interessants, i això és una notícia molt dolenta per als qui vivim. Vivim temps de neofeixisme rampant, de líders que saluden a la romana, a l'estil nazi, d'eslògans facilets. Aquest cop i per primer cop, sembla que Catalunya porta un cert avantatge: el món ens mirava, potser? Ben Netanyahu porta un llacet groc al pit, l'Artur Mas saludava com Elon Musk a la campanya electoral de 2012, quan parlava d'un concepte tan nacionalsocialista com ho és "la voluntat d'un poble". Mas saludava com Musk 13 anys abans que ho fes el sorprenent enginyer aeroespacial i amo de Tesla. "Només el poble salva el poble", deien les pintades de l'esquerra Trotskista de 2017, de la CUP i els seus satèl·lits, sense recordar que la frase era molt anterior. Una frase heroica que va recuperar Roger Stone, el líder dels Proud Boys que van assaltar el Capitoli de Washington el gener de 2021 i que acaben de ser amnistiats, amnistiats com els lid...

JAUME COLLBONI Y LAS TENTACIONES DE UN SOCIALISTA BUSINESS FRIENDLY

Jaume Collboni es un político versátil. Fue teniente de alcalde con Ada Colau, aunque un teniente de alcalde poco fiable en varias ocasiones. Más de uno pensó que habría sido un gran teniente de alcalde de Xavier Trias, el alcalde de Convergència (o de Junts, o del PDCAT o como prefieran ustedes llamarle) ya que ambos coincidían algunas políticas liberales. Collboni se desmarcó de Colau en los últimos meses antes de las elecciones para posicionarse mejor ante la contienda. Le salió razonablemente bien y consiguió hacerse con el cargo. A Collboni le gustan el turismo y los hoteles y otros negocios afines, y los cruceros aparcados en el puerto, y suele contar que el turismo es una fuente de ingresos muy interesante para la ciudad. Quizás esta fuente de ingresos para las arcas municipales le impide ver el bosque. Y el bosque es, sin duda alguna, terrible: Barcelona exporta ciudadanos hacia las comarcas de su alrededor. Ciudadanos expulsados por la presión insoportable de los alquileres. L...

PARA LEYES, LAS DE LA SELVA, Y PARA VIVIENDAS, LAS CUEVAS

Familia de clase trabajadora en España, 2025 Dicen que España necesita del ladrillo y del turista para vivir. Y a alguien, en alguna parte, más listo que el hambre, se le ha ocurrido juntar los dos asuntos. Así nace la ocurrencia del piso turístico que está asolando el país. Porque no se trata ya de los centros de las grandes ciudades: hay pueblos de montaña que se empiezan a llenar de apartamentos para turistas al tiempo que echan a los vecinos. Las leyes del mercado, dicen. En España no ganamos para sustos ni para disgustos: tras la alegría inicial del turismo low cost y Airbnb, que teóricamente ayudaba a las buenas gentes a ingresar un poquito más, vino la peste, en forma de grandes inversores dispuestos a sacar tajada, pero a lo grande. Los listos suelen olerse los espacios desregulados, adonde acuden dando grandes dentelladas. Tonto el último: cuando el vecino pone un piso turístico, el otro vecino hace lo mismo. En España es fácil hacerse rico: lo dijo Alfonso Guerra. Lo que no ...