Unos meses atrás escribí algo sobre la masacre de Gaza por aquí y no tardé en recibir un comentario airado: lo tuyo es antisemitismo clásico, me espetaron. Quien me soltó esa perla es una persona con quien coincido en muchos otros puntos de vista ideológicos y políticos, pero me quedó claro que si uno escribe algo contra la barbaridad de Israel en Gaza comete antisemitismo, un grave pecado. Y es curioso, pero la verdad es que, si uno piensa en los pueblos semíticos, descubrirá que tan semitas son los israelitas como los palestinos. Dicho de otro modo: quien aplaude el genocidio de los gazatíes también es un antisemita.
Otra cosa sería si hablamos de sionismo y de antisionismo, aunque eso también es complejo pero quizás menos que lo anterior. En realidad, sin embargo, se trata del señor Netanyahu, un tipo bravucón y belicista de la extrema derecha israelita con el que casi nadie se atreve. Es más: ahora que lo pienso, solo por haber escrito de él lo que he escrito en la línea anterior puede que mañana me encuentren pajarito en mi casa, víctima de una intoxicación atípica o de una sobredosis de una droga que jamás he tomado. Si es así, no se esfuercen en denunciar a Benjamin, ya que saldrá impune.
Ahora Benjamin se ha puesto a bombardear a Irán, que es un deporte practicado con asiduidad y cuando Irán le responde dice que no tiene derecho a defenderse. Hay que recordar que su masacre genocida en Gaza obedece al "derecho de defensa" que se arroga, en una nueva demostración de lo fácil que es practicar la doble moral y quedarse tan pancho. La cosa no pinta nada bien y, para variar, por el momento ya sabemos que este verano pagaremos la gasolina más cara gracias a las ocurrencias belicistas de Netanyahu, el hombre que bombardea Gaza, el Líbano e Irán y a veces el Yemen, y todo al mismo tiempo y en todas partes sin dar explicaciones.
Les recomiendo ver de nuevo "Éxodo", la peli de Otto Preminger de 1960. Se lo recomiendo porque podrán ver a un joven y exultante Paul Newman (a veces sin camiseta) y una justificación bastante chunga del sionismo y sus razones. El aparato propagandístico judío no se corta mucho, aunque debe contarse que en Israel se producen cintas interesantes que cuestionan las políticas expansionistas y totalitarias, pero no se divulgan mucho. Hay que rastrear un poco en Filmin para encontrar discrepancias, pero ahí están, discretas y solapadas, no vaya a ser que el estado israelí se ofenda y tome represalias, y nos lance tres misiles a la central nuclear de Vandellós.
El bombardeo de Irán parece oportuno o incluso bello, o así nos lo presentan: debemos evitar que los discípulos de Alá tengan armamento nuclear, nos dicen, porqué por lo visto solo pueden tener bombas nucleares los de Yahvé el bonachón, el dios que calcinó Sodoma por motivos nunca aclarados. A día de hoy no se sabe si Israel dispone de bombas atómicas, aunque yo diría que no sería nada sorprendente. Su extraño derecho a defenderse masacrando a los demás debe estar detrás de su permiso para matar a quien les plazca y sin que nadie se oponga.
Se lo diré en palabras más bien soeces: vivimos un tiempo asqueroso en un mundo de mierda, y de eso son responsables unos cuantos elementos, pocos per suficientes, entre los cuales se halla un tal Benjamin, tipejo dispuesto a masacrar a quien no le cae bien. Por mucho menos de lo que hace este tipejo, la OTAN mandó cazabombarderos a Serbia y luego capturó a los genocidas, los juzgó y los encarceló.
Por mucho menos de lo que hace este tipejo, la OTAN mandó cazabombarderos a Serbia y luego capturó a los genocidas, los juzgó y los encarceló....
ResponderEliminarHay una pequeña diferencia, mi buen Lluis, la del poder del loby judío, ya ves que no pongo israelí, que es otra historia.
Los hebreos se cabrean si no separamos lo religioso de lo civil, pero al mismo tiempo lo utilizan. Decir israelí o hebreo no es lo mismo que decir judía, pero la presión del loby judío es la que hace que hoy Israel sea lo que es.
Y es cierto, palestinos (filisteos en la Biblia) y judíos ( de la tribu de Judá) son primos hermanos por semíticos. Tan primos hermanos que les diferencia un ápice. Los filisteos fueron aquellos semitas que no marcharon en el -1800 a.C. a Egipto, que, sin embargo, si lo hicieron los de Judá (también semitas) debido a la hambruna. Allí les esperaba José, el de los sueños de siete años de vacas gordas y otros siete de flacas, con su posición privilegiada en la corte.
500 años después se produjo el Éxodo, -1200 a.C. Los que volvieron a la Palestinae (Filistea), unos 600.000 según cálculos, se enfrentaron con los que se habían quedado porque sus costumbres eran laxas y no habían estado preservadas en la ortodoxia como si lo hicieron los de la tribu de Judá.
Y desde entonces aquello está en guerra permanente.
Recuerdo de la película, la escena del médico de fama mundial, repartiendo jabón y agua, entre los niños del barco, como única cura para los oídos. No tenían otros medios. Tanto la película, como el barco para transportar a los emigrantes judíos a Palestina, decían que los habían financiado el Movimiento Sionista Internacional. Al principio los palestinos musulmanes y los palestinos judíos asentados desde siglos en el territorio, no se opusieron, pero ante la avalancha de emigrantes de todo el mundo, pronto surgieron los problemas y la violencia, hasta hoy día. Mi generación le ha tocado vivir los hechos.
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