Mi padre, muerto en 2007, no fue un delincuente. Fue obrero y pobre y más bien torpe con sus finanzas. Durante sus años de autónomo tampoco consiguió éxitos comerciales y al final nos dejó una herencia muy escasa a mi hermano y a mi, ninguna hacienda, ninguna propiedad. Aunque ambos terminamos con un título universitario, logrado con becas y ayudas públicas. Esa es nuestra herencia. De modo que esa cinta que ha pergeñado Toni Soler, el gracioso de Tv3 con una gracia que no puede con ella y se titula Parenostre , perceptora de casi 2 millones de euros públicos, no me incumbe. Ni pienso verla, ni tan siquiera para quedarme descansado criticándola luego en las sobremesas. No me interesa. Hacer una peliculilla sobre Jordi Pujol de intenciones shakesperianas para decir que fue un buen hombre víctima de una mujer mala y de unos hijos cutres es una idea penosa y nada más que eso. Ese hombrecito ridículo que pretendía ser Giulio Andreotti y creó la mayor red corrupta de España, que estafó a mi...
Este es el diario de un catalán no nacionalista, lo que podríamos llamar, siguiendo a Habermas, un patriota constitucional, partidario de la igualdad en la diferencia.