Ir al contenido principal

CIRLOT, DEMASIADO PARA EL CUERPO CATALÁN

Recaí en Bronwyn, la exquisita edición de Juan Eduardo Cirlot que la editorial Siruela publicó en 2001. Libro raro donde los haya, curioso y para sibaritas mucho más que yo, que soy de leer cuentos de terror de la órbita de Lovecraft. Y libro indicado para halterófilos el de Siruela, puesto que pesa un quilo y medio.

Juan Eduardo se fue al cine en una tarde de 1966, y allí tuvo una revelación. O una epifanía. O algo así. La película que vio es The War Lord, (El señor de la guerra en los carteles de Barcelona), cinta dirigida por Franklin Schaffner en 1965 y protagonizada por Charlton Heston. Y por Rosemary Forsyth en el papel de Bronwyn.

Una vez en casa, o quizás camino de ella, Juan Eduardo empezó a construir lo que es el mito central de su enorme obra literaria y uno de los fenómenos literarios más fascinantes sucedidos en esta Cataluña tristona y provinciana. Lo de Cirlot no me cabe en un articulillo. El primer libro de Juan Eduardo que mis ojos leyeron fue su Diccionario de símbolos (Editorial Labor, 1991). Quizás no sea el mejor diccionario de símbolos del mundo, pero es especial y está escrito por la mano de un poeta.

¿Qué diablos vio Juan Eduardo en el cine? He visto la peli y puedo responder a la pregunta. Hay una escena en la que el caballero se acerca a una laguna y de ella emerge Bronwyn, desnuda y con unas flores en la cabeza. Solo a la mente despierta de Cirlot se le podía ocurrir que en esa escena se produce un giro conceptual: Bronwyn es una Ofelia invertida, una Ofelia que regresa de las aguas para llevar al caballero a su perdición. Lo que sucede en la peli a mi me parece tópico aunque distraído. Y así tomo conciencia de que no soy -ni seré, mal que me pese, Juan Eduardo Cirlot-.

De esa escena de una cinta de entretenimiento medieval, de capas y espadas, Cirlot sacó una obra refulgente y única, la que Siruela ha reunido en esas casi 700 páginas que da gustillo leer y releer. En las que hay poesía formal con rimas y contaje de sílabas y esas cosas, poesía experimental, dibujos, esquemas, artículos, cartas, fotos. Cirlot es una de las mejores cosas que le sucedió a la literatura catalana del siglo XX, sin duda alguna. A bote pronto: no se me ocurre ningún poeta catalán que haya llegado a su exquisitez.

Y sin embargo... ¿quién se acuerda de Juan Eduardo Cirlot?

Otro día les escribiré sobre algunos misterios: 1) el de los autores y autoras que son vistosos y famosos y mediáticos a día de hoy y que no merecen ni un minuto de lectura, 2) el de los autores y autoras que lo fueron antaño pero de los que hoy ya nadie habla, y 3) el de los autores y autoras que se disipan en el olvido sin haber pasado por la fama.

Comentarios

  1. Ayyyy, amic...¿quién se acuerda?...somos unos cuantos , y entre esos cuantos me encuentro yo.
    Por cierto, he de agradecerte infinitamente el regalo del libro de Cirlot "La pintura abstracta", regalo que me hiciste de la mano de tu señora (que bien suena).
    El libro está fuera de toda circulación y ya no será reeditado, por lo que es , al menos para mi, una "rara avis".
    Cierto es que de Cirlot no se habla en esta Barcelona provinciana porque no pertenece al mundo de las letras catalanas, ni por asomo, por lo que queda fuera de la órbita de la Borrás y compañía.
    Recomiendo todos lo libros de él, En la Llama es un buen libro, pero el Diccionario de Símbolos es muy curioso, y el de "Itsmos" no lo deja atrás.
    Sabías que esta entrada no pasaría desapercibida para mi, has tocado mi escritor/poeta predilecto.
    Un abrazote...otro para tu señora ..(que bien suena, aunque hay quien me diría que lo posesivo es machista y conservadurista y patriarcal)....pero a mi...me la bufa.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

QUEMAR UN TESLA

El fuego lo puede resolver casi todo. O eso parece. Los catalanes lo pudimos ver durante las manifestaciones independentistas: en lo que se llamó, pomposa y grotescamente "la batalla de Urquinaona", así como en otras citas de la pandilla ultranacionalista, se quemaron infinidad de contenedores de basura, bicicletas y motocicletas, algún coche y mobiliario urbano diverso. Cuántas más llamas y más altas, más cerca de la independencia se sentían los creyentes. En aquella ocasión me pregunté qué papel jugaron los del colectivo "Bombers per la independència": ¡vaya dilema moral!. Pero aquello no era nada nuevo: la Santa Inquisición aplicó el fuego a los herejes y el mismísimo Yahvé clausuró el jolgorio de los díscolos ciudadanos de Sodoma y Gomorra mediante el fuego. Atila quemaba el terreno por donde pasaba, y etcétera y etcétera. Todo el mundo tendrá alguna referencia al fuego purificador sacada de los archivos de la historia: el napalm, la biblioteca de Alejandría, la...

LAS CALLES SIEMPRE SERÁN NUESTRAS

"En Cataluña, tirar piedras a los mossos y quemar contenedores es un hecho cultural propio. Enhorabuena a la comunidad musulmana de Salt. Sois un ejemplo". Son las palabras que reprodujo Laura Fernández Vega, diputada de la CUP, en la sesión plenaria del Parlamento catalán del miércoles 12 de marzo. El autor de la ocurrencia es un guionista y humorista llamado Manel Vidal, referente del género "Puta Espanya". La señora diputada dijo, después, que en vez de seguir la sesión parlamentaria regional estaba escuchando al humorista radiofónico en la emisora Rac 1. ¿No es maravilloso que una diputada dela izquierda radical escuche la emisora del Conde de Godó con tanto interés? La broma, o lo que sea eso, es otra muestra de mal gusto, pero no nos vayamos a meter con las libertades, y mucho menos con la libertad de expresión: una curiosa reivindicación de la libertad para hacer lo que me dé la gana que hermana a la CUP, a los humoristas indepes y a la señora Ayuso, que a ve...

EL SEDUCTOR CATALÀ

El senyor Frank Dubé, showman polifacètic, es va apuntar al Moviment Psicoestètic fundat pel sorprenent psicòleg Carles Muñoz Espinalt i, més tard, també es va apuntar al partit independentista Solidaritat Catalana, un partit ja extingit on van intentar fer carrera alguns pressumptes líders del nacionalisme com el poeta i jurista Héctor López Bofill o l'empresari Santiago Espot, ambdós de tarannà radical i xenòfob, teòrics del neonacionalisme de dreta extrema. Recordo el senyor Dubé explicant que el problema de la pàtria catalana i de l'idioma català (tal vegada la mateixa cosa) rau en el fet de no ser sedutors, de no tenir líders seductors com Julio Iglesias (sic). Eren altres temps, i Dubé considerava Julio Iglesias el paradigma del seductor capaç d'aportar simpatitzants a l'idioma de Cervantes. A dia d'avui potser citaria Luis Fonsi . Joan Laporta es va afegir a Solidaritat Catalana però, per algun motiu, tampoc no va ser prou seductor. La recerca del líder seduc...