Se suele decir que el catalán (y la catalana) es persona de carácter seco. Quizás sea más seco el castellano profundo, aunque hay extremeños y andaluces muy serios. Puede que sea cierto, que en Cataluña hay poca hospitalidad y que cada catalán se comporta como el señorito en su castillo. En Cataluña la gente se cita con los amigos en el bar pero no les ofrece su casa.
Para los nacidos en África o en América, el carácter catalán es más bien antipático. Hay un dicho catalán que lo explica: "de fora vingueren que de casa ens tragueren". (Vinieron de fuera y nos sacaron de nuestra casa). Hay miedo al otro y por eso al otro no se le invita. No es, la cultura catalana, una cultura de acogida. Al otro se le tolera si aprende a bailar sardanas, y siempre estará vigilado estrictamente.
Seikou, nacido en Guinea, se sorprende de la importancia que los catalanes le dan al tiempo, y su obsesión por no perderlo. ¿El tiempo se puede ganar? ¿Siempre estáis pensando en ganar beneficios? Seikou sabe vivir en el presente y nada hay más bello que perder el presente, suavemente. Os obsesiona el tiempo, caramba: "Ahora toca, ahora no toca. Ahora toca divertirse, ahora no toca divertirse. ¡Qué fastidio!".
Un amigo catalán se fue de vacaciones a Marruecos y se sorprendió de la hospitalidad marroquí, gentes a quienes suponía hostiles y de mal talante. Es increíble, decía a la vuelta: te invitan a tomar té en su casa sin apenas conocerte. Siempre tienen la casa limpia y ordenada por si vienen invitados. Después de una pausa desvió la mirada hacia su esposa y murmuró: le diré a mi mujer que se esmere un poco más en la casa.
El carácter seco ha encontrado al fin un clima seco. La sequía en Cataluña avanza a toda máquina y las previsiones del Meteocat (la agencia catalana cuyo mapa del tiempo pinta un planeta en el que solo hay el perfil del continente Cataluña) fallan un día tras otro: pronostican lluvia pero no llueve. El polvo se levanta por todas partes. En los parques urbanos no hay ni una sola brizna de hierba y los árboles se mueren. Donde hubo césped hay polvareda amarillenta. El gobierno regional cuelga pasquines para advertirnos y educarnos: gasta menos agua, cierra el grifo mientras le lavas los dientes, no riegues tus plantas, dúchate menos. Podrían añadirle: no friegues el suelo, así tendrás otro argumento para no invitar a extraños.
Puede que Cataluña haya encontrado por fin su ansiado hecho diferencial, eso que le presta entidad. El carácter es seco y hay sequía. Llueve en España pero en Cataluña no, lo que sería un argumento incuestionable para demostrar la nación histórica milenaria, que se distingue por ser diferente en algo. Los catalanes no usamos paraguas porqué somos una nación. ¡Visca Catalunya, visca la sequera!
Una tristeza polvorienta se arrastra por el campo. Los paisajes húmedos del paisaje catalán, como las Guillerías, se marchitan. Ya no puedes lanzar barcos de papel al río porque el río se fue y la metáfora de Manrique pierde significado al ritmo que mueren las flores.
Cuando todo esté yermo, un político ofrecerá una solución brillante y carísima, acto que no es un hecho diferencial pero queda bien para las noticias de la tarde. Traeré mil buques cargados de agua y saciaré vuestra sed, declamará emocionado por la referencia cristiana.
Tengo un humidificador de aire, antes de que los prohíban. Riego las plantas del balcón por la noche, con las luces apagadas, para no ser descubierto en tal acto antipatriótico.
Bueno, no seas tan estricto en lo de la sequedad, hombre. He tenido la fortuna de contar, y cuento con verdaderos amigos nacidos aquí, no muchos, por cierto, porque la amistad se escribe con "h", ya sabes, pero hemos de decir que cuando abrimos las puertas lo hacemos de verdad y no contamos amigos como el que cuenta "follorguers" en el móvil.
ResponderEliminarLos amigos, mi buen LLuis, están para joderlos. Sí. Para pedirles aquello que no le pedirías a tu hermano.
También he de decirte que tenemos la fortuna de que los políticos autóctonos no tienen la vara de dominar el estado del tiempo, sino que, estoy seguro, nos dirían que con la república llovería lo justo y en donde hiciera falta, eso no lo dudo ni un momento.
Un abrazo
Te quitarán la nacionalidad catalana,al final,jejeje,es broma
ResponderEliminarSaludos