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CARLES EL BOTIFLER

Mucho se habla estos días de religiones monoteístas y del odio, de matanzas en nombre de una fantasía, de un ser metafísico que nadie ha visto. Mucho se habla, también, de territorios considerados sagrados o predestinados por Dios o por la Historia, de pueblos con destinos en lo universal. Y es cierto que las tres religiones del libro se han zurrado de lo lindo por un fragmento de terreno que, vamos a ser honestos, es más bien triste, polvoriento y pedregoso.

Visto des de nuestro apacible Mediterráneo occidental, resulta fácil señalar a los depravados que se matan con ansia de exterminio y escandalizarnos con sus supercherías mortíferas. Pero, a decir verdad, por esta parte del mundo no vamos faltos de integrismos y de odios. Lo único que pasa aquí es que, por suerte, las alegres juventudes de la ANC no disponen de lanzacohetes, y no ha habido por ahora bombardeos des de Vic a Santa Coloma de Gramanet, Badalona o l'Hospitalet.

Fue el filósofo Jesús Mosterín (entre otros) quien demostró que el nacionalismo es lo más parecido a la religión, y es por eso que ambos usan esquemas mentales irracionales que son primos hermanos, una mística heroica, un imaginario antiguo y una simbología esotérica. Y luego están los santos y los mártires, las vírgenes y los sacerdotes. Y luego los herejes. Entre santo y mártir andaba el señor Puigdemont, pero ya va camino de la herejía por haberse puesto a hablar con el PSOE de Sánchez, ya saben, el demonio del 155.

¡Ni olvido ni perdón! gritaron en la ANC en octubre de 2017. Lo cual significa: al enemigo, ni agua. Y resulta que el señor Puigdemont se pone a negociar, como si se hubiese olvidado del holocausto. Ya levantan espadas justicieras en las catacumbas más identitarias, y no son pocas las voces muy independentistas que exigen la excomulgación del hombrecito de Waterloo. Más de uno habrá retirado el retrato del profeta de encima del piano, y lo habrá echado al contenedor del resto. Hay crujir de dientes en la cúpula del cardenalato independentista: a Junqueras ya le echaron del Panteón hace tiempo, Rufián redacta su currículum vitae y saca tres copias: una para la calle Ferraz, otra para Buenos Aires Kalea y la última para la calle de San Raimundo, barrio de Tetuán.

Se preparan hogueras purificadoras en los pueblos de la Cataluña más profunda, entre el olor de los purines, calçots y espetec. Quien aplaudió la quema del rey en efígie puede que lo lamente en cuanto vea arder su propia imagen, entre gritos de ¡mort als botiflers!. Quien alentó el odio puede que de repente descubra las bromas negras del Karma, que es el efecto boomerang pero en sánscrito. Quizás alguien dirá que Puigdemont fue el verso satánico de la religión indepe, o el Judas de Amer, o el monje Prisciliano de Gerunda. Entre los más bien situados para ejercer el nuevo papado independentista se encuentra la señora Clara Ponsatí, de nombre Clara, como la de Asís. Visionaria y pura, Clara cumple con el requisito de la edad provecta para ser el nuevo Papa. Perdón, la nueva Mamma.


 


Comentarios

  1. Una de las cosas que me hizo abrir la vista de que la mentalidad de estas personas no era la que yo me creía, fueron aquellas declaraciones de Carod Rovira, ex presidente de ER.
    Este señor, de semblante canónigo, es curioso, pero los dirigentes de ER tienen en su mayoría semblante de apostolado, pidió a los de ETA que dejaran de atentar en Cataluña, dado los intereses similares que tenían ambas regiones, (Euskadi y Cataluña, se entiende) (*), sin que se le cayera la cara de vergüenza.
    Dio por sentado que matar gente en Jaén, en Lugo, en Burgos o en Alicante era cuanto menos normal, porque no había los mismos intereses, pero hacerlo en Cataluña rompía todos los esquemas y entraba dentro de la anormalidad.
    Es la visón generalista de estas personas. Su odio permanente y visceral contra todo aquello que no signifique lo suyo.
    Salut
    (*) https://elpais.com/diario/2002/09/10/espana/1031608806_850215.html

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  2. Mucho peor el artículo escrito durante las manifestaciones del 15M. Xenofobia y odio puro y duro: https://www.naciodigital.cat/opinio/1964/indignacio-espanyola

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