Ir al contenido principal

En la corte del Rey Ballart


El alcalde protagoniza el cartel del Carnaval 2021 en su población, que es el lugar en donde vivo. Una sonrisa inesperada me asalta tras la mascarilla. Luego me doy cuenta de que este cartel no es el cartel oficial del ayuntamiento: es obra de una entidad o algo así. A partir de aquí, sin embargo, resulta muy complejo analizar el hecho.

En primer lugar: desconozco si el alcalde Ballart ha promovido, alentado, tolerado o soportado el cartel. ¡Vaya usted a saber! Incluso podría denunciarlo, en función de lo que más le convenga. Sabiendo como sabemos su predilección por presentarse como víctima oprimida por colectivos opresores, todo es posible.

Sabiendo de su talante narcisista, y de sus maneras populistas, casi todas las opciones son plausibles. Un hombre tan entregado a su propia causa, la de su ego, debe ser de los que dice: que se hable de mi, aunque sea bien. Esa es una seña de identidad presente en todos los políticos populistas, y Ballart se esfuerza en su promoción personal de tal modo que el cartel, muy probablemente, le habrá encantado. Ya que, si no le gusta o le parece ofensivo, habrá pensado: no hay mal que por bien no venga. De todos es sabido el gusto del alcalde Ballart por practicar el victimismo. Ha habido determinadas campañas en Twiter contra su persona que uno termina por sospechar que se han diseñado en su propio despacho. Ballart practica ese juego bastante pérfido que hemos observado en Trump, sin ir más lejos: es un poderoso que juega a oprimido, un mandamás que simula ser víctima por pertenecer a un colectivo oprimido.

A mi, y que me perdone el alcalde, lo único que le tengo en cuenta es su gestión al frente de un ayuntamiento, y todo lo demás me parece absolutamente irrelevante. Sus opciones personales e íntimas me tienen despreocupado por completo. Es más: creo que a inmensa la mayoría de sus súbditos (perdón, de los ciudadanos de esa localidad) todo eso nos importa un bledo. Solo le pedimos que sea coherente, honesto y democrático.

Y en eso anda flojo el señor Ballart. Me explico.

En el último pleno municipal, al ser preguntado por otro de sus incumplimientos electorales, Ballart delegó en su teniente alcalde para negar la mayor: yo nunca prometí eso, dijo. Que no decaiga el cinismo, dijo entre líneas la teniente de alcalde -sin perder la compostura autoritaria.

La teniente de alcalde quizás acusa su larga trayectoria en la escuela primaria y sigue anclada en el discurso de la maestra clásica que se dirige a sus alumnos (a quienes considera pequeños ignorantes bajitos) en ese tono didáctico y displicente, algo soberbio. El mismo tono que usa para con los niños pequeños o para con las jóvenes maestras que suspiran por ser reclamadas en el colegio el próximo curso. La democracia parece que sea una molestia, insoslayable, sí, pero molestia al fin y al cabo. Así pues, la teniente de alcalde riñe y corrige a la vez al concejal que le pregunta. La vieja maestra que fue asoma en su gesto. Quizás sea inevitable y, por lo tanto, comprensible. Pero mejorable, sin duda.

Dijo, la teniente de alcalde, que ganó un premio a la mejor escuela catalana cuando ella la dirigía. Y afirmó que dirigía una comunidad de aprendizaje. Pocas escuelas he visto yo más autoritarias y verticales que la escuela que dirigía ella. Y se lo puedo contar con detalles a quien quiera escuchar.

En ese pleno y en la pregunta del concejal de la oposición hay un detalle muy notable. El concejal socialista le nombra algo esencial: ustedes se reunieron con el colectivo X y le dijeron lo que quería escuchar. Les prometieron lo que les pedían. Luego lo incumplen y se quedan tan frescos. ¡Ahí está! Esa es otra de las claves del proceder populista: lo que los americanos llaman la "Teoría de los microgupos". Los americanos lo saben muy bien: en campaña electoral no se trata de dirigirse a los grandes colectivos (los trabajadores, las mujeres, los estudiantes, los parados) si no a los colectivos pequeños sin señas ideológicas: asociación de vecinos, colectivo de personas con mascota, separados, animalistas, ampas. A cada colectivo se le dice lo que quiere oír y se le promete lo que pide: más pipicanes, comedores escolares a su gusto, patrullas cívicas. Se trata de regalarles los oídos, de simular que nos interesan sus preocupaciones.

A esa tarea se dedicaron por lo menos dos años los candidatos de Tot x Terrassa (el actual alcalde, su teniente de alcalde y otros), un partido recién encuñado cuya ideología es la ausencia de ideología y, como diría Michel Foucault, la estricta voluntad de poder. Nada más alejado de la voluntad de veracidad con la que Habermas le discutía a Foucault.

Cuando uno recapacita un poco (tras dos años de gobierno Ballart se pueden sacar conclusiones y construir predicciones), uno se da cuenta de la caída vertical del ayuntamiento hacia lo más populista, autoritario y pobre. Decorado, eso sí, con el verde y el lila y a veces con una puntita de bandera estrellada, para acontentar al socio de gobierno que no es otro que la melíflua ERC. Otro partido sin ideología visible más allá de un vago patriotismo inane.

Hacia abajo no hay límite, dijo el poeta. Así pues, no es nada raro que el alcalde sea el protagonista del cartel del carnaval confinado. Y poco importa si el cartel se ha hecho con su consentimiento o sin él, ya que ambas opciones nos remiten al deseo de poder y visibilidad, a soslayar la gestión deficiente y tramposa.

La ciudad se empobrece, teñida de rosa y de lila por todo lo alto pero de miseria por abajo. Desinversión, dejadez, abandono. Pero muchos colorines y mucha foto del alcalde. El peligro verdadero del populismo es ese: nos empobrece en calidad de vida y en calidad democrática. La amenaza para la democracia es terrible. 

Les cuento lo que no nos contará la prensa. Mañana, más.

Comentarios

  1. me parece de un gusto pésimo eso de poner el Coronavirus con un bonete por sombrero.
    Creo que nos tomamos las cosas con demasiada banalidad.
    ese virus, de promedio, en España, está matando 250 personas diarias desde el 10 de marzo del 2020.
    Poca broma y menos carnestoltes. No ha lugar.
    salut

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

LA IGNORANCIA ESTÁ DE ENHORABUENA

Unos días atrás, en la terraza de una bar de barrio pobre en donde suelo parar de camino a casa después del trabajo escuché la conversación entre dos obreros jubilados, a día de hoy más preocupados por las cosas de su salud que por las de España. Uno de ellos le contó al otro que el "motobolismo" de  las personas mayores es más lento que el de los jóvenes. Sonreí para mis adentros pero no me reí de ellos: uno ha aprendido que se debe ser comprensivo con esas gentes que nacieron en la España triste y cruel de Franco y que no tuvieron más oportunidades que una sola: la de trabajar de peones en cualquier fábrica o taller, sin haber recibido una educación digna. A esas gentes se lo negaron casi todo cuendo fureon niños y jóvenes, aunque sí les dieron la opción de ir a los toros o al fútbol. Por la misma razón por la que es inmoral reirse de la ignorancia de esa generación y de esos hombres de barrio bajo, construído para sacar las familias de las chabolas, se debe acusar a esas v...

LA SANTA CODICIA, O EL BBVA SE QUIERE ZAMPAR AL SABADELL

Mientras el Partido Popular se atraganta con eso del aborto, Trump le concede una prórroga al colonialismo en Palestina y se acerca el extraño cometa 3I Atlas, el BBVA sigue intentando comerse al Banco de Sabadell. Las trifulcas y los sinsabores de la banca me interesan menos que el fútbol, que ya es decir, pero lo cierto es que las campañas de ambos bancos promueven muchas risas. Ambos se empeñan en mostrarnos sus buenas obras y maneras, las ventajas de estar a su lado y lo bonito que es tener acciones en las empresas del asunto financiero. La usura se presenta como un bello cuerpo bondadoso y deseable. Definitivamente: nuestra sociedad perdió cualquier atisbo de valores cristianos por más que alguien afirme que Europa se construyó sobre los restos del cristianismo. Eso del banco grande que pretende comerse al pequeño me entusiasma: aflora un sinfín de eslóganes etéreos o incluso metafísicos para convencer a los accionistas, y por otra parte, el cantautor Albert Pla, que nació en Saba...

EL MESTRE I MARGARIDA (O BULGÀKOV SEGONS RIGOLA)

Reconec que tornar a comprar entrades per al teatre en català suposa un acte de fe. Després de veure alguns ridículs estrepitosos al Teatre Nacional, amb actors i actrius procedents de les sèries de Tv3 que declamen com si fóssim cent anys enrere, no m'era fàcil comprar les entrades per a "El Mestre i Margarida" al Lliure. Si m'hi vaig decidir és, sobretot, perquè l'obra és una adaptació de Mikhail Bulgàkov, l'autor de "El Mestre i Margarida", un text fàustic i fascinant. Una de les millors novel·les del segle XX que he llegit i un dels autors més fascinants no tan sols de la literatura russa si no de la universal. La novel·la de Bulgàkov, escrita el 1941, no es va publicar fins al 1967. No era un autor ben vist a la URSS i, de fet, escriure i agradar al poder no ha estat mai una tasca fàcil (si exceptuem els autors indepes que, com la senyora Rahola i tants d'altres, publicaven obres agradables per a les autoritats). En altres textos, Bulgàkov p...