Hemos llegado al 1 de octubre de 2025. 8 años del referéndum y de la república de los 8 segundos, 8 años de la cúspide de eso que se llama "procés", quizás para homenajear a "El proceso" de Kafka y que, a día de hoy, sabemos que fue un sarpullido nacionalista y derechón que supo disfrazarse de cosa espontánea y popular, democrática y divertida, y a cuya promoción inmisericorde se entregaron los medios catalanes, tanto los públicos como los privados. Salvando honorosas excepciones, parecía que la prensa lo tenía claro y TV3, clarísimo: lo que mola, lo que toca y lo más guay es ser independentista. Es muy posible que, los mismos medios que fueron entusiastas del independentismo ocho años atrás, hoy soslayen la efeméride, la disimulen un poco, la trasvistan de objeto extraño que ha cruzado los cielos al atardecer o lo pinten de suceso antropológico, como si en la plaza mayor de Vic alguien se hubiese arrancado a bailar una sardana fuera de programa. También es posible ...
Este es el diario de un catalán no nacionalista, lo que podríamos llamar, siguiendo a Habermas, un patriota constitucional, partidario de la igualdad en la diferencia.