Ir al contenido principal

UNA SOCIEDAD COBARDE


"La poesía tiene ahora el mismo valor tremendo de enfrentarse a las cosas a las que no se enfrenta una sociedad que tiene una característica que no me gusta, y es que estamos construyendo una sociedad de cobardes. Sociedades de esas en las que hoy no digo lo que tengo que decir, ni a quien se lo tengo que decir, ni dónde lo tengo que decir. Y lo que era pequeño se convierte en grande. Y mañana ocurre igual y el mes que viene ocurre igual y todos lo vamos haciendo y al final nos vamos encontrando bolas de nieve inmensas de cosas que ya no tocan, que deberíamos de tener resultas y que no las tenemos resueltas porque todos estamos demasiado callados."

El párrafo anterior lo escribió Carmen Calvo, y es la transcripción de una conferencia que dio a propósito de la memoria democrática, una ley debida a ella en mayor medida. Carmen Calvo cuenta algo crucial sobre nuestro tiempo o por lo menos así lo siento, quizás por la proximidad generacional que me une a ella. Es posible que cada generación, llegada a una edad que podemos situar en más allá de los 50, genere algo así como una decepción hacia la sociedad que dejará más pronto que tarde, y que lamente un empobrecimiento espiritual e intelectual en las siguientes. Platón y Aristóteles sintieron que los jóvenes de su época eran menos que ellos, e incluso intuyeron un declive intelectual.

Sin embargo, un día de esos asistí a una votación en el claustro de un centro educativo. En los días anteriores a la votación, en el bar tras el almuerzo y en los pasillos, la inmensa mayoría apostaban por un "no" masivo, una acción contundente de castigo a la Dirección. Y pronunciaban ese "no" con opulencia y con descaro. Llegado el día de la votación, ante la mirada atenta de la Dirección que les obligó a votar a mano alzada, los que más abogaban por el "no" fueron los primero en levantar la mano por el "sí". Solo la cobardía de la que habla Calvo explica ese giro.

Estoy hablando de personas bastante jóvenes, de entre 30 y 40 años. Son las mismas personas que reconocen con cierto orgullo estar viviendo relaciones tóxicas o por lo menos poco sanas, como si esa opción fuese la que queda bien, la que permite decir: "tengo una relación tóxica" en las reuniones sociales. Creo que eso se ha normalizado entre este segmento de edad, quizás por la series que ven y la canciones que escuchan. Personas que, a la vez, son dóciles y temerosas ante el poder, incluso cuando ese poder es el de una simple directora de escuela de barrio. Y ambos fenómenos tienen relación: quiero que me quieran, como sea.

Esta es la sociedad que viene.

Comentarios

  1. Pienso que la defección en nuevas generaciones está siendo con el compromiso y la participación. Y por supuesto, con la simple inteligencia y la lógica. Pero, como bien dices, es lo que viene, va llegando.

    ResponderEliminar
  2. Hemos hablado muchas veces del tema, LLuis. Hemos banalizado absolutamente todo. Desde el lenguaje hasta el trabajo; desde las relaciones íntimas a las situaciones cotidianas. Las palabras, los hechos, incluso nuestra forma de vivir.
    Esta es una sociedad nihilista, desesperanzada, donde vamos a disgusto a un trabajo que no nos gusta, pero es el que nos da para vivir en una sociedad que nos desagrada.
    El sistema nos ha acobardado.
    Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EL BARÇA ES UN FRAUDE

Tardísimo y mal, ha empezado el juicio al clan de los Pujol. La justicia se ha quitado las pilas ante ese caso, del mismo modo que se las puso -aunque quizás algo torcidas- para procesar al fiscal que no les gusta. Entre las razones que explican la tardanza en el caso Pujol, está el larguísimo silencio de la prensa durante los muchos años de abusos, estafas, mordidas y degradación moral de la política catalana. El silencio cómplice -o culpable- de la prensa permitió no solo la duración del delito sino también su profundidad. Los Pujol, como el Monasterio de Montserrat o la mismísima Moreneta, eran intocables y esa intocabilidad significaba no decir nada de ellos. Los pocos periodistas que lo intentaron -que se lo pregunten a los redactores de "El Triangle"- tuvieron que vérselas no solo con infinitas demandas de parte del clan si no con su invisibilización, desprecio y ninguneo por parte del resto de los agentes periodísticos. La conocida y siempre eficaz omertá . Tras este l...

FUERA SUDACAS

La Asociación de Escritores en Lengua Catalana (AELC) no quiere escritores sudacas en Cataluña. La AELC ha protestado vivamente ante la iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona, que promueve una beca de 80.000 euritos para la residencia anual de escritores de Hispanoamérica en Barcelona. Se sienten ofendidos aunque, según los datos que ellos mismos facilitan en su portal de transparencia, la AELC ha percibido subvenciones por un importe de 450.000 eurazos, que no está nada mal. La Asociación ha redactado una queja (por algo son escritores y de pluma fácil) en la que exponen su ofensa por la discriminación de la lengua catalana y, además, por las lenguas mesoamericanas que no son el español. El escrito tiene el habitual tono victimista y pasivo agresivo tan común en el nacionalismo. Ya se sabe que los nacionalistas de aquí son muy solidarios con las lengua minoritarias del mundo aunque a ellos les gustaría que la castellana fuese minoritaria en Cataluña para poderla  desterrar defin...

TOROS Y FLAMENCO

Dice el Emérito que no le gusta el término Emérito, y que se deberían buscar otro. Son las cosas de la sangre azul: a caprichos no les gana nadie. Mientras voy pensando en otras esdrújulas que le puedan definir, descubro que ha contado, en una cadena de la TV francesa, que lo que más echa de menos de España son los toros y el flamenco. Y olé. Quizás no se pueda ser más rancio ni más tópico (rancio es llana, pero tópico sí es esdrújula). Quizás nadie trabaja, en España, con más ahínco por la república (¡esdrújula!) que el emigrante que también se queja de no cobrar una pensión sin caer en la cuenta de que para ello es necesario cotizar. Es difícil encontrar motivos mejores para promover la tercera república que ese triste personaje, residente en un siniestro país árabe, y su historia. He visto algunas escenas de la lúgubre entrevista francesa. Lo que primero se me vino a la mente es lo mucho que se parece al Carlos IV de España, el apodado "el Cazador" (curiosamente). Recordé ...