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Los cachorros de Das hacen un festival


Festival de Das. Primera noticia. Un medio digital lo presenta como la catarsis emocional de un país: Cataluña. Parece un festival alternativo, debe ser izquierdoso. Uno se imagina a los cachorros de la CUP tras el festival de Das. En el programa del festival de Das aparecen autores y autoras del circuito alternativo, digo yo: no les conozco para nada. Todo tiene un tono anticapitalista, incluso esotérico. Seguro que habrá cervezas artesanas, me digo. Y pastelitos de marijuana.

¿Nos vamos al festival de Das?

¿Dónde diablos está Das? Das... Das... ¿Dónde estás, Das? Das, dame más.

Algo revolotea en mi mente: es el nombre de Das. En efecto: Das es un pueblo de la Cerdaña, situado en la parte más exclusiva de la comarca. Un solar sin edificar en Das cuesta 550.000 €. Una finca rústica a reformar en el centro del pueblo, 270.000 €, según el Idealista. Creo que Ernest Maragall tiene un chalé por allí, y parece que todos son muy nacionalistas en el villorrio: resulta imposible distinguir entre nacionalistas de ERC y nacionalistas de Junts.

Das es un pueblo minúsculo, pero en su término están el aeródromo y las pistas de esquí. El alcalde es un tipo pueblerino de estirpe, de esos de las tradiciones celtíberas, puro Pirineo racial. En una entrevista reciente, el alcalde considera que el acto más innovador de la fiesta mayor es un concierto de grallas. Hay que ser verdaderamente muy primitivo para decir algo así. Las cabras, los pastores, el señor del castillo y las grallas. Y el derecho de pernada de Guifré el Pil·lós. 

Visto todo esto, uno se pregunta: ¿qué demonios debe ser el Das Festival?

Y la respuesta es tan sencilla como previsible. Como triste: los cachorros de la clase alta se montan una fiesta con apariencia de cultura alternativa a cargo del consistorio. La cultureta se paga con dinero público: eso es otro indicador de esa Cataluña agónica. Ya no queda nada en la Cataluña post-procés. Cataluña se extingue también en Das, entre los chalés más exclusivos de la clase más alta. Los hijos de la clase alta militan en la CUP y promueven un festivalito veraniego. ¿Para celebrar la extinción?.

El festival de Das: un akelarre para zombis. Para zombis muy ricos. Das Festival: catarsi emocional dels catalans. En donde participa una rapsoda como la señora Cristina Elizalde Maragall, cuyos apellidos nos remiten a lo más selecto del país que quiere ser más que un país pero culpa a otro país de no poder ser un país.

Ni cuerpo ni alma ni corazón: la cultura catalana ya solo se defiende en los patios de las escuelas, vigilando la lengua que hablan los inmigrantes pobres en sus ratos de libertad. De eso se trata: de prestar atención a la lengua de los pobres. En los patios de las escuelas y en el Das Festival, en donde se preocupan mucho de que no se les cuele ningún castellanohablante.

Un festival catalán en Das para evitar la presencia de los pobres. Par mantener a toda costa el ensueño de una Cataluña rica y próspera.

Endarrera aquesta gent tan ufana i tan superba, dice el himno catalán. Los ufanos y los soberbios son los conquistadores españoles. En el festival de Das, los ufanos y soberbios servirán copas, limpiarán las letrinas y pasarán los mochos por las vomitonas. La catarsi emocional dels catalans, su sueño húmedo.


Comentarios

  1. A Das a l'hivern fa un fred de cagatilorito, i a l'estiu fa el calfred que em provoca el seu festivalet. No hi va la Dharma. Després de l'insuportable i desagradable soroll de la gralla, va el clarinet o el saxo nosequé de la Dharma. Com diria en Peyu, a Das si no hi has d'anar per força, jo no hi aniria. Salut.

    Salut.

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  2. Ahhhh, amigo LLuis, esto es otra cosa. Das. ¿Qué dan en Das? algo valioso debe tener el terreno, pues es la antítesis de la Catalunya vaciada, que también la hay. En Das, ya ves, en un cuarto de siglo, de lo que va del 98 del pasado al 2022 de este, la población censada ha aumentado en 116 personas. No hay nada como tener el aeródromo de La Cerdanya en el municipio. Desde luego, deben ser personas de posibles, los terrenos no son, tal como señalas, económicos, y ponerte la casita y el hortet allí, junto a la frontera gabacha, cuesta lo suyo en euros.
    Pero Das tiene su festival. Ya lo dice el refrán, "A muchos sitios irás, y sólo en Das, pararás".
    salut

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  3. Aquí tienes, a grandes rasgos, una situación mínima de lo que sucedió en Barcelona hace cinco años.
    https://totbarcelona.blogspot.com/2023/08/historia-de-otra-escalera.html

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