Parece un chascarrillo, una broma catalana. Pero no lo es. Jordi y Pere son primos. El abuelo es común. ¿Pueden salir astillas diferentes de un mismo palo?
Pere se identifica con Cataluña y afirma ser de izquierdas. De una izquierda moderada, esta versión sui generis de la socialdemocracia que practica ERC en los últimos tiempos. Antes practicaba otras tesis. Recuerdo la primera aportación de Pere a la política catalana, no muchos años atrás, cuando lanzó una campaña soberanista que, a partir del presupuesto "Espanya ens roba" (la base argumental del secesionismo) calculó cuantos dineros catalanes se quedaba España: le salieron 450€ por segundo. Es el viejo argumentario del déficit fiscal, ya saben. No nos contó cuantos euros por segundo gastamos los catalanes en sanidad, educación y demás servicios públicos. Vaya locura, calcular eso. Fue una ocurrencia y nada más que eso. Pero esa ocurrencia le convirtió en personaje público y está en el origen de su carrera. Aunque nadie lo hubiera podido pronosticar en aquel momento, Pere llegaría a la presidencia del poder autonómico. Es un hombre ambicioso pero discreto, de perfil bajo -algo que es de agradecer, vistos los anteriores presidentes, empeñados en ser portada del periódico cada día.
Antes de abrazar la socialdemocracia y cierto pragmatismo, ERC practicó el esencialismo. Ahí están los textos de Heribert Barrera, un hombre muy preocupado por la inmigración murciana y andaluza, por su potencialidad para desbaratar la frágil identidad catalana. A Barrera le aterrorizaba el mestizaje: ¿quizás intuyó que las feromonas de la mujer andaluza eran más eficaces que las feromonas de nuestras pubillas?
Jordi es primo de Pere. Jordi es el ideólogo de Aliança Catalana, el partido que surge a partir del Front Nacional de Catalunya y que arrasó en las elecciones municipales de Ripoll con un discurso basado en la xenofobia y nada más que en la xenofobia.
En Ripoll ha nacido un partido con muchas posibilidades futuras. Si uno se remite al pasado, recuerda que es en Ripoll donde está el sepulcro de Ramon Berenguer III y, sobre todo, el de Guifré el Pil·lós, mito fundacional del nacionalismo. Lo de Wifredo es pura leyenda, tiniebla y duda razonable. Pero ¿quién quiere verdades cuando dispone de una bella mentira? Toda nación que se precie necesita su Rey Arturo, su Carlomagno, su Pelayo. En este baile de zombis y espectros que blanden espadas, Cataluña no podía ser menos.
[La historia del Font Nacional de Catalunya merece un buen artículo, ya que es larga y compleja. Uno de sus fundadores fue Daniel Cardona, procedente de Estat Català y de Nosaltres sols, organizaciones que admiraban al fascismo y luego al nazismo. Aunque se debe contextualizar, por supuesto: cuando los patriotas catalanes admiraban al fascismo todavía no se habían cometido las horrendas atrocidades que cometió poco más tarde.]
Jordi es listo, joven y rico. Dispone de todos los marcadores de clase alta. Es muy nacionalista y está preocupado por la pérdida de las esencias culturales que implica la recepción de inmigrantes de otras partes del mundo. El nacionalismo catalán ha estado muy inquieto por este motivo des del día en que llegó el primer murciano, a finales del siglo XIX. Aunque Jordi comprende la evolución ideológica de su primo el presidente, sabe que él ha sido un mejor heredero del abuelo, alcalde falangista en el período que transita de 1966 hasta 1987, que transita de la dictadura a la democracia. Primero por la Gracia de Dios, luego por la sagrada voluntad del pueblo. En 1979, Josep fue candidato por Alianza Popular. Ganó las elecciones.
Jordi sabe que el voto ultraconservador necesita un espacio, un foro. Sabe que, en Cataluña, VOX ha tocado techo y que una parte considerable del voto independentista, ahora triste y cansado y huérfano de líderes exige un lugar donde reencontrarse. Pilar Rahola promocionó con todas sus fuerzas a Sílvia Orriols, hoy alcaldesa de Ripoll por Aliança Catalana. Rahola está seriamente preocupada por la inmigración musulmana y por el salafismo, tal como Cardona y Barrera se inquietaron con los murcianos. Dato al margen: afirma Sílvia Orriols, en una entrevista de El País, que se acercó al nacionalismo tras la lectura de los textos de Daniel Cardona. No nombra a Heribert.
Es la catalanización de la ultraderecha que recorre Europa, pero ahora por fin sin tapujos, sin prejuicios. El nacionalismo catalán muestra su rostro a través de la sonrisa joven y desacomplejada de Jordi: 80 años no son nada. Y, además, se llama Jordi.
Gracias por la información que proporcionas, me viene muy bien para ampliar visiones. Salud.
ResponderEliminarNo nos debería de extrañar, al fin de cuentas, el sr Francisco Puigdemont, abuelo del fugado, se cambió de bando en plena guerra incivil, y se fue de la república a instalarse a Burgos, con los sublevados. Allí, y consta en la historia, se puso a trabajar de panadero en la prisión de Burgos.
ResponderEliminarAcabada la guerra, por lo que se sabe, su mujer le insistió en que volviera al pueblo, Amer, y en 1940 apareció otra vez. Como tenía ya el beneplácito de los victoriosos, pudo reabrir su panadería/pastelería (quede eso saben un montón) y tratar con el trigo y cereales en general, mediante la autorización del CAT (Comisaría de Abastecimientos y Trasportes), la única autorizada a requisar y emitir las cartillas de racionamiento.
De estos, Lluis, no te extrañe nada.
Salut
Lo que me cabrea de todo esto es verificar que todo son estirpes, son las mismas familias las que nos gobiernan siempre, tanto da que sea en democracia o en dictadura. Un profe de Historia nos contó una vez cómo en la Edad Media, en las guerras de sucesión, los señores feudales repartían a sus hijos entre las diferentes facciones para que, ganase la que ganase, el feudo quedase en la familia (porque si ibas con los perdedores el ganador te lo expropiaría). Hoy sigue pasando lo mismo.
ResponderEliminarAhhhhhhhhhhhhhhhh, J. Vicente, ya lo dijo el ex amigo del exhonorable, un tal Felix Millet, (Feliz Billet, per els amics) refiriéndose a la cúpula del Liceo, el Bar$a y la gobernanza de CiU, que a fin de cuentas viene a ser todo el mismo entramado: "Sóm 400 families i sempre i sóm els mateixos"
EliminarSalut
Sobre todo este asunto de las 400 familias tenemos un libro excepcional, firmado con el pseudónimo Roger Vinton: La gran teranyina (Edicions del Periscopi). Hay que leerlo. Es un trabajo periodístico extenso, con los árboles genealógicos de las familias. Allí se pueden ver los lazos familiares del empresariado, la alta burguesía y los políticos. Están todos. Se puede comprobar que la única clase social consciente de serlo es la burguesía, que se cuida muy bien de cuidarse y mantenerse. Atención a la família Trias.
EliminarCreo que viene a colación esto que dijo el falangista y director del diario "Pueblo" y que recuerdan aquí: https://www.eldiario.es/andalucia/desdeelsur/mentira-sintoma-ur-franquismo-eterno_132_10382718.html
Eliminar"Emilio Romero, periodista venerado por la corporación, dejó dicho que “la derecha gobierna para doscientas familias y eso no da para votos suficientes, por eso, para ganar unas elecciones, la derecha tiene que mentir”"