Ir al contenido principal

XAVIER TRÍAS SE VA A UN BALNEARIO EN BULGARIA


Por fin se retira, con una rabieta monumental y un amago de sollozo pueril, el viejecito que vino a salvar Barcelona y le dieron una patada en el trasero. Uno no comprende muy bien quien le llamó para meterse en este berenjenal, a una edad tan provecta: ¿su egocentrismo? ¿Puigdemont? ¿Sus infinitos ánimos de venganza contra Colau? Nada, en el Xavier Trías que fue alcalde, indicaba que hubiese sido un gran alcalde y, por lo tanto, nada le reclamaba: entre mediocre y mala, su etapa de alcalde solo pasará a la historia de lo gris, de esa actitud tan convergente del business-friendly que no dio ningún resultado bueno, que multiplicó por 100 los pisos turísticos y fastidió la vida de tantos.

Sus propuestas para la candidatura recién abortada nunca pasaron de simplonas ideas de bombero, con perdón de los bomberos, como por ejemplo eliminar la contaminación regando las calles con aguas freáticas (sic). Su programa político, emulando a Feijóo, no iba más allá de un vengativo y visceral "derogar el colauismo", sazonado con sus principios ultraliberales. Había algo demasiado personal en este "contra Colau". Algo que tiene que ver con que una mujer de clase humilde apee del poder a uno de la familia Trías-Vidal de Llobatera.

El final de Trías y de Maragall, ahora camino del balneario, ha estado a su altura: salida por el foro con ridículo estrepitoso. Contra pronóstico, ha sido el PP quien les ha abierto los ojos a la realidad y la puerta a su jubilación necesaria. El independentismo ya no sirve para nada. Daniel Sirera puso la cereza. La misma cereza que, cuatro años atrás, Manuel Valls le puso a Ernest Maragall, otro de una familia bien de Sant Gervasi. Ala, hasta nunca.

Poco se entiende que esos dos hombres, Trías y Maragall, se hayan presentado: ¿nada ni nadie les aconsejó que, a su edad, lo más correcto es un discreto retiro? ¿Acaso no han desempeñado todos los cargos posibles ya? ¿Pensaron que eran Joe Biden? El severo correctivo que se acaban de llevar ha estado muy bien. Más que bien, estupendo. Fenomenal. A descansar a un balneario.

Para los barceloneses en concreto, y para los catalanes en general, el puntapié en el trasero a los dos viejecitos es un ligero alivio, un respiro. Ya que con su humillación también reciben un puntapié en diferido Oriol Junqueras y Carlitos Puigdemont, los siguientes que deberían ir pensando en el balneario y en dejarnos en paz. Uno debe reconocer cuando se le ha pasado el tiempo y llegó el momento de retirarse con dignidad. 

La despedida de Trías, antes de largarse hacia los baños termales, sorprende por su prepotencia y su altanería: ¡Que us bombin! (que os zurzan) les ha espetado a los concejales reunidos. Un alarde de bilis propio del señor conde al cual los súbditos han echado del castillo. Estaremos encantados de que nos zurzan, aunque en realidad es usted quien necesita un buen zurcido: le han echo un fantástico desgarro. Que et bombin, señoritu Xavier.

Le deseo una larga y feliz estancia en las piscina de agua sulfurosa, prólogo del azufre que le espera en el infierno de los vengativos. Que le zurzan.



Comentarios

  1. Mi apreciado Lluis. Como veo que tienes por costumbre el no contestar, y soy un tipo adaptable y que te aprecia, quizá más de lo que te imaginas, te adjunto lo que he puesto en el bloc.
    Allí ya está, al menos por mi parte, definida la idea que tengo de este señor.

    http://totbarcelona.blogspot.com/2023/06/nos-gobiernan-o-no-los-ultimos-de-la.html

    Un abrazo
    Salut ¡

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

UNA SOCIEDAD COBARDE

"La poesía tiene ahora el mismo valor tremendo de enfrentarse a las cosas a las que no se enfrenta una sociedad que tiene una característica que no me gusta, y es que estamos construyendo una sociedad de cobardes. Sociedades de esas en las que hoy no digo lo que tengo que decir, ni a quien se lo tengo que decir, ni dónde lo tengo que decir. Y lo que era pequeño se convierte en grande. Y mañana ocurre igual y el mes que viene ocurre igual y todos lo vamos haciendo y al final nos vamos encontrando bolas de nieve inmensas de cosas que ya no tocan, que deberíamos de tener resultas y que no las tenemos resueltas porque todos estamos demasiado callados." El párrafo anterior lo escribió Carmen Calvo, y es la transcripción de una conferencia que dio a propósito de la memoria democrática, una ley debida a ella en mayor medida. Carmen Calvo cuenta algo crucial sobre nuestro tiempo o por lo menos así lo siento, quizás por la proximidad generacional que me une a ella. Es posible que cada

LA CUESTIÓN CATALANA EN 2024

Los estudiantes de la Universidad de Columbia montan un campamento, una huelga y una protesta contra el apoyo de su gobierno a la guerra de Israel. Creen que otro mundo es posible, a saber: un mundo mejor, más justo, más pacífico, más equitativo, más solidario. Ignoran que no están protestando contra un sistema ajeno y lejano. Deberían saber que de entre ellos mismos saldrán personas seducidas por el egoísmo y la codicia, y que eso es lo que perpetua el estado de las cosas o lo que solemos llamar "el sistema". Si el sistema fuesen unos viejos chochos oligarcas sería todo muy sencillo: morirán pronto y enseguida nos libraremos del mal. Pero el sistema somos nosotros, está entre nosotros, se manifiesta entre nosotros. Algunos de esos estudiantes desearán un buen coche, una casa con piscinita y mojitos al atardecer, bellos cuerpos bronceados de dentadura blanca y pelo sedoso. Poco les importará, si lo consiguen, cuantos murieron en otras partes del mundo para proporcionarles sus

BARCELONA Y EL TIEMPO

Nací en esta callejuela de la foto. Entonces se llamaba Virgen del Pilar y hoy los nuevos tiempos la llaman Mare de Déu del Pilar. Y este soy yo, mirando los balcones de la fachada, 50 años después de haberme marchado de aquí. Salvo las fachadas, ya no reconozco nada. Un poco más arriba, tocando ya casi a la Calle Alta de Sant Pere (hoy Sant Pere més Alt), hay una librería de segunda mano muy pero que muy recomendable. Aquí estuvo la imprenta Bové. Eso me alegra. La librería mira hacia el pasado con dulzura y le hace un guiño semántico a la antigua imprenta. Compro un libro de Juan Eduardo Cirlot, de Siruela, para festejar esa buena nueva y luego lo regalo. Solo está en mis manos unos pocos segundos. Más tarde caigo en la cuenta de que la editorial Siruela todavía existe, aunque orientada hacia otra parte. No me asalta la nostalgia, contra toda previsión. Siento más bien algo ligero y tierno. Casi no queda rastro de la calle de mi infancia aunque cuando uno se detiene percibe olores y