Ir al contenido principal

MELANCOLÍA 1



Cada año, a principios de año, regreso sin apenas quererlo a los primeros días de aquel año. Mi madre acababa de morir y yo vaciaba su piso. Este blog se titula "Diario", y a veces lo parece. Pero siempre escribí diarios, en etapas distintas de la vida. Hoy reencuentro el diario de cuando vaciaba el piso.

* * *

Mis trabajos como liquidador del piso merecen un suspenso. Cada cajón que abro me supone un esfuerzo titánico. Termino con el vino de Madeira y tengo que comprar más botellas. Cada vez que encuentro algo algo tengo que sentarme, beber y meditar. O dormir. En la mesita de noche de mi madre hallo un fajo de papel envuelto en seda, atado con un cordel de jute. Contiene las cartas de amor que se habían intercambiado mis padres cuando eran novios, a finales de los años 50 del siglo pasado. Hago acopio de valor con el vino y las leo del tirón. Las cartas de mi padre son breves, torpes y formadas por los tópicos románticos más consabidos. Podrían pertenecer a viejos boleros. Las de ella son largas divagaciones, profundas y enigmáticas, y expresan una visión metafísica del amor. Nunca había comprendido como aquellos dos seres humanos, tan diferentes e incluso tan opuestos en muchos sentidos se habían encontrado, y mucho menos como diablos se habían sentido atraídos. Tras leer las cartas lo comprendo mucho menos.

Llego a la conclusión de que nací gracias a un error de lectura.

Una mañana de domingo, cuando he conseguido algunos progresos en mi trabajo de liquidación, encuentro las siete libretas idénticas apiladas en un rincón del pasillo, encima de la máquina de coser marca Alfa, robusta y gris. Recuerdo el sonido de la maquinaria cuando Roser cosía los bajos de los pantalones de sus hijos y de su marido. Alguna vez se hizo un vestido para ella, austero y más bien pudoroso.

Las libretas contienen sus textos escritos des del día en que enviudó. En las primeras está un diario muy triste. Mi madre siempre me había mentido y ahora por fin dispongo del certificado de su falsedad conmigo. Es una tristeza amarga, de esas tristezas amargas que un médico pretende aliviar con antidepresivos. Son cartas escritas para el marido difunto, en las que le cuenta el dolor irreparable que siente. Creo, lo creo de veras, que son grandes textos sobre la soledad, sobre una soledad absoluta que mezcla lo metafísico con lo tangible. Jamás me hubiese imaginado que alguien experimentase esa soledad sólida. Ella siempre dijo que se reponía muy bien de la muerte del marido, que se le ocurrían cosas por hacer: reencontrar viejas amistades, por ejemplo, o que empezaba una nueva etapa con las expectativas propias tras un cambio. Todo era mentira: Roser se había hundido en el dolor por la ausencia. Hoy hace cuatro años que te fuiste, escribe, y cada vez te echo más de menos y tengo más ganas de irme contigo.

Las últimas libretas me dejan atónito. Ya no hay cartas, no hay redacción alguna. En una de ellas apunta la hora en la que ha salido el sol y la hora en la que se ha puesto. Repite la operación durante casi un año. En sus cincuenta páginas solo hay horas y minutos. En otra de ellas anota las compras: leche, arroz, pan, fármacos, un camisón, calcetines, pastillas de caldo, azúcar. Día y precio de las bombonas de butano para la estufa. Reseña el aumento del precio del butano. Una vez compra chocolate. Yogures, garbanzos, pescado congelado. Me demoro en esas listas infinitas hasta que empiezo a escuchar el ritmo en ellas, como si leyese la poesía más pura jamás leída.

Las libretas con listas se detienen un par de días antes de la muerte. El sol se puso a las 17:40. Se compró una barra de pan, unos guisantes congelados y un bote de mermelada de ciruelas, marca Hero. Luego nada.

Comentarios

  1. Más que respetable. Un diario es un ejercicio de sinceridad. Tu madre era sincera consigo misma.
    Ella deseaba reunirse con su esposo. Primero le escribía, después ya sólo contaba como pasaban los días para estar junto a él. Por eso los apuntaba con tanta sobriedad.

    Un abrazo.
    PD: Me ha gustado sobremanera esta entrada.

    ResponderEliminar
  2. Copnmovedor lo que cuentas. Aunque mi padre nunca hizo un diario como tal escribía notas por doquier; sigo encontrándolas entre libros o papeles que fueron suyos. En una ocasión le dio por rememorar su experiencia de soldado forzoso en la guerra desatada por los que siempre han desatado las guerras en España y tiene un valor de descripción y de vivencias sumamente interesante para mí. De vez en cuando lo releo y busco y rebusco claves. Gracias.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

GIL JOURDAN SUSPIRA

Gil Jourdan es un detective serio y delgado, más bien antipático y arrogante. Su ayudante, Libélula, un dipsomaníaco torpe, antiguo delincuente de poca monta, el responsable de las escenas cómicas. Les conocí hace muchísimos años, cuando leía por fascículos quincenales sus aventuras en la revista infantil Cavall Fort. Ahí descubrí el género policial, provisto de un cierto humor negro y sarcástico. Un género policial que se mezclaba con el de las aventuras, las sombras, los ricos malvados y avariciosos, los pringados de clase baja que trabajan para los ricos, los bajos fondos, las muertes intrigantes. Aquéllos cómics, que para mi entonces eran tebeos no solo forman parte de mi educación literaria si no también de la estética y, en cierto sentido, de la sentimental. La revista Cavall Fort publicó varios álbumes de Gil Jourdan bajo el nombre de Gil Pupil·la: Albert Jané, el fundador, director y traductor de la revista concebía el oficio de la traducción como una labor apostólica de la cos...

EL ASPIRANTE A MASÓN (REPORTAJE)

El aspirante pretende ser aceptado en una Logia. Solicita su admisión y es entrevistado por tres masones en días y lugares distintos, y responde a un cuestionario sobre sus ideas políticas y sociales. En el cuestionario se le pregunta por su opinión ante asuntos tan diversos como la pena de muerte o el orden económico, la obligación de pagar impuestos, el feminismo. Más tarde recibe una llamada en la que se le comunica que ha sido aceptado, y es convocado al ritual de Iniciación. Deberá anticipar 400 euros por los gastos de la ceremonia. En el día señalado acude al lugar de la cita. Hace frío. La llovizna le obliga a limpiarse las gafas. El aspirante se ha vestido tal como le han indicado: ropa negra, que significa pantalón negro y americana negra. Puedes llevar alguna pieza blanca. La camisa, por ejemplo. La americana que se ha comprado, en el outlet de Mango, es demasiado ligera para el frío de hoy, así que se ha puesto un anorak encima de ella. Dos días atrás se ha recortado la barb...

EL CHISTE UCRANIANO NO TIENE GRACIA

Más de una vez me ha sucedido: alguien me cuenta un chiste que no entiendo. A veces no lo entiendo porqué quién lo cuenta dispone de poca gracia, otras porqué no le pillo lo gracioso y otras porqué maldita la gracia. Algo así me sucede con el tema de la guerra de Ucrania, que no es un chiste malo pero se le parece.  La guerra de Ucrania parecía aletargada tras unos meses con la prensa y los políticos muy enfrascados en lo de Gaza. Pero en cuanto lo de Gaza disminuye, se retoma la cosa ucraniana. En Gaza, el ejército de Israel sigue matando con la impunidad habitual pero, por algún motivo oscuro, ya no ocupa los titulares de las letras grandes ni abre los noticiosos. Por lo tanto, vuelve Ucrania. El anuncio se lanza en víspera de la Navidad. La Navidad es este momento del año en el que afloran lágrimas, abrazos, solidaridad, buenos sentimientos, ilusión, regresos y todo el pack de las emociones más ñoñas. Me pregunto qué diría Jesucristo si lo supiera, o qué diría Saulo de Tarso, qu...