Ir al contenido principal

AMNISTÍA, AMNESIA, ARMISTICIO, AMNIOCENTESIS


Ya no recuerdo cual de las condiciones exige el señor Puigdemont a cambio de seis votos. Quizás pide las cuatro, o quizás sean más. Negociar en secreto es legítimo, lo que parece raro es negociar en Waterloo por razón de una exigencia previa que huele a humillación o a pataleta, en ese retiro que él mismo considera un exilio: ¿el Dioni estaba exiliado en Brasil?

Puigdemont, que ya fue rebautizado como el Vivales en su momento, no me sorprende: busca la solución a sus problemas personales y para ello no duda en pedirle a un Estado de Europa que se ponga a su servicio y le redacte una amnistía ad hoc. Lo que de veras es sorprendente es que la señora Díaz se preste a tal desfachatez. ¡A cambio de seis votos! Y que encima exhiba la mejor de sus sonrisas posando para la foto, entre el exiliado y su pianista particular. No se puede aceptar que la izquierda más progresista se avenga a negociar con el nacionalismo de derechas (no hay nacionalismo que no lo sea). El discurso emponzoñado que considera progresista al independentismo debería estar finiquitado. El nacionalismo es, por esencia, lo más opuesto a los principios de la izquierda. 

Ya sabemos que los principios éticos y morales no son el principal bastión de la política de partidos, pero algunos principios deberían ser irrenunciables. Del mismo modo que no se puede pactar la pena de muerte o una ley que establezca la desigualdad entre ciudadanos.

Tampoco se le puede otorgar al señor Puigdemont que hable en nombre de la ciudadanía catalana: en primer lugar, el número de votos obtenidos le invalida para arrogarse el cargo de portavoz de la ciudadanía de Cataluña. Y, en segundo lugar, que no se lo olvide a nadie que la mayoría de los catalanes no han votado por la independencia ni ven ningún conflicto entre Cataluña y España: ese mantra es una ficción (bendecida por algunos gurús de Podemos) y pergeñada para ocultar el único conflicto existente, que es un conflicto entre catalanes. El conflicto, en caso de haberlo, es un conflicto entre catalanes igualitaristas y catalanes raciales, excluyentes y supremacistas. 

Ese conflicto entre catalanes lo supo tratar el señor Sánchez, y lo hizo de forma solvente: el independentismo fue perdiendo fuelle, votos y presencia en las calles. Los lacitos amarillos se esfumaron como una tormenta de verano. No se puede aceptar que ahora, por seis votos, se eche a la cloaca una labor desinflamatoria de varios años, aunque tuvo que pagar el precio de los indultos. No se puede reanimar al independentismo a cambio de seis votos, y ya saben ustedes lo que sucede cuando el nigromante resucita al muerto: aparece un zombi sediento de vísceras, un ser irracional. El señor Sánchez debe saber que pactar con Puigdemont es echar por la borda el largo trabajo de años, el mismo trabajo que le acaba de dar al PSOE una victoria histórica en Cataluña y que se podría perder a cambio de seis votos.

Quizás sí ha llegado el momento del pacto de Estado, que sería muy bueno para España y tendría un efecto pedagógico, despolarizador y sanador en esta España tan ensimismada en sus heridas y en su sangre.




Comentarios

  1. Hombreee, hombree...ese "Quizás sí ha llegado el momento del pacto de Estado" es el quid del meollo.
    ¿Dónde ha sido el error del señor Feijoó?, en que ha pensado antes en él que en el Estado, si, si...te explico, hablamos de Sánchez, pero el error viene de base.
    Feijoó lo que tenía que haber hecho, era decirle al señor encantado de conocerse que le daba los votos para aprobar la investidura por dos años, a cambio de los seís puntos básicos para toda España, entre ellos el pacto del agua, para que no se viera en la necesidad de pactar con Bildu ni con Junts.
    De tal manera que en los pactos bastaban con seis votos que saldrían de las filas del Pp, y que los demás se abstendrían.
    Eso es un pacto de Estado. Dos años tirar esto para adelante y esperar las nuevas elecciones y mientras se impide entrar a toquetear ministerios como el del Interior, el del Ejército o el de Economía a estos señores que se declaran enemigos del Estado "per se".
    Es cierto que Sánchez es un escapista tipo Houdini, pero no es menos cierto que Feijoó no está preparado para asumir el gobierno.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi también me parece que el pobre Feijóo parece cada vez más perdido, más errático y más inseguro. El muy probable que dentro de su partido estén haciendo apuestas sobre cuanto tiempo dura como líder. No es el gobernante que se pretendía y eso debe ser lo que se habla en la calle Génova, por autonomista demasiado convencido. La crisis interna del Pp solo tiene una salida, que es la aclamación de Ayuso. Que Dios nos pille confesados, porqué Ayuso es la derecha salvaje.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La carne roja de Ternera

A veces España se conjura para permanecer en el pasado. Para permanecer a finales del XIX o a principios del siglo XX, cuando se fraguaba la guerra civil, esa guerra tan larga y tan desastrosa. Hay algo enquistado en esa pobre España que se revuelve en la sangre y goza en ella. Parece que España solo cree en la sangre: por eso los toros, por eso la guerra. Parece que España solo existe cuando está enfrentada consigo misma, cuando es tierra de odio.  Ahora le ha tocado a Jordi Évole, periodista que empezó haciendo gracias en la Tv y se pasó al lado serio. A la reflexión. Évole produjo uno de los mejores documentales que he visto sobre el "procés" catalán, y lo hizo en "Salvados". El reportaje sobre el procés no le gustó a nadie, y eso indica que es bueno. Consiguió, entonces, momentos memorables como el momento de Urkullu o la discusión entre Artur Mas y Zapatero . Ahora todo el mundo, incluso yo, habla de un nuevo documental que no hemos visto: "No me llame Ter

LENGUA DE TRAPO

En el aula hay 22 personas. El alumnado procede de 6 nacionalidades distintas, ninguna de las cuales es la española. Niñas y niños de Marruecos, Ecuador, Paquistán, Senegal, Paraguay y Colombia. Nacionalidades distantes entre sí. Su único común denominador es la pobreza, ese factor universal que nos recuerda la condición del 80% de la población mundial. Eso es lo único homogéneo, el idioma común. La lengua materna es el árabe dariya y el amazigh (de bellísima escritura), el guaraní, el español latinoamericano, el urdu y el wolof. Muchas madres comprenden el español con dificultad, y alguna puede comprender un poco el catalán.  Los niños y las niñas se expresan en catalán -con algunas dificultades- en el aula, pero en cuanto ponen un pie fuera de ella usan esa lengua franca, el español. Eso es la realidad. La realidad es eso tan tozudo y que presenta un problema fundamental: que es real. A veces hay una maestra (voluntariosa o temerosa de perder el trabajo) que le suelta a una niña: -Al

Cuando el dedo señala a Boladeras, Ballart mira el dedo

El señor Ballart construyó un equipo de gobierno municipal con los criterios del populismo estricto y con las ideas del personalismo egoísta. Hay una cierta venganza de Hamlet provinciano en su regreso. Usó la teoría de los microgrupos en su campaña. Pura demagogia tecnológica. Para ello invitó a una actriz decadente, cuyos mayores papeles siempre fueron dulcemente secundarios. También invitó a una directora de escuela cuyos méritos siempre quedarán por demostrar. Que la actriz esté fuera de los focos importa poco. Que la directora de la escuelita recibiese una Creu de Sant Jordi de manos de Quim Torra (sin dudad alguna, el peor presidente de la Generalitat), también parece que le importase muy poco. O del revés: para uno que se cree algo, lo mejor es rodearse de dudosos. Los adláteres dudosos engrandecen al actor principal, lo encumbran y lo sostienen. Aún recuerdo cuando aquella directora de escuelita reunió a los alumnos y a los maestros en el patio de la escuela y les exhibió su Cr